Isabel Díaz Ayuso le tiene tomada la medida al PSOE de Pedro Sánchez. El adelanto de las elecciones autonómicas sorprendió con el pie cambiado a los socialistas, enredados en componendas con Ciudadanos para arrebatar (sin éxito, finalmente) dos o tres gobiernos autonómicos y alguna capital de provincia. Aturdidos aún, hizo morder el polvo a Pablo Iglesias de un solo derechazo planteando la cita electoral como una elección entre la libertad o el comunismo rancio y siniestro que representa Unidas Podemos.
Antes, durante y después de su triunfo electoral, la izquierda progresista ha tratado de atribuirle ‘escandalitos’ que se han desinflado, como el sonrojante caso del alquiler de un apartamento durante la pandemia; la han ridiculizado y la han atacado directamente con descalificaciones machistas en boca del ministro Ábalos; he incluso han cargado contra su decisión de construir un hospital para combatir la pandemia en plena crisis sanitaria... El desconcierto es total y se nota.
Isabel Díaz Ayuso tiene la capacidad, por otra parte, de marcar la agenda política y señalar la luna mientras que el resto sigue mirando el dedo. Lo hizo con los indultos, advirtiendo de que el Gobierno de Pedro Sánchez estaba dispuesto a humillar al rey obligándole a firmar la medida de gracia para los presos del procés. Y lo ha vuelto a hacer este viernes.
Mientras que los presidentes de Cataluña y Andalucía reclamaron más recursos en sus recientes visitas a Moncloa, Isabel Díaz Ayuso ha sorprendido a propios y extraños asumiendo en solitario todo el peso y la responsabilidad de la oposición al líder socialista. Lo resumía perfectamente la portada de ABC de este sábado. Recriminó al presidente que haya puesto en libertad a quienes desafiaron a España con la celebración de un referéndum ilegal y la proclamación de la república catalana, alertó de una ruptura constitucional y adelantó que acudirá al Tribunal Constitucional si sube los impuestos.
“Si se sigue por ese camino, habrá que elegir entre él o España”, resumió en un nuevo acertadísimo análisis. La hasta el sábado portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, no pudo ocultar su irritación porque Isabel Díaz Ayuso volviera a dejar en evidencia a un presidente incapaz de poner freno a la espiral de infortunios en la que está envuelto. Ni tan siquiera la desautorización al ministro Garzón a cuenta de su consejo para dejar de comer tanta carne le ha servido de mucho. Si remodelas el Gobierno pero dejas la cuota de IU intacta, sales tocado.
El crédito, la autoridad y la popularidad de Pedro Sánchez están bajo mínimos. Con la presidenta de la Comunidad de Madrid, además, está retratado como un presidente agotado, incapaz de hacer frente a la crisis económica y sanitaria. Los empresarios y los autónomos continúan esperando las ayudas y los fondos europeos. Los profesionales médicos coinciden en que cada vez que ha dado por derrotado el virus o ha tomado una medida drástica como el fin de la obligatoriedad de las mascarillas nos ha ido mal y ahí está la quinta ola para certificarlo. Y, entregado a Cataluña, descuida al conjunto de España.
