La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un organismo internacional nada sospechoso de ser social-comunista, tiene entre sus objetivos fundacionales “lograr la máxima expansión posible de la economía y del empleo y aumentar el nivel de vida en los países miembros, manteniendo la estabilidad financiera y contribuyendo así al desarrollo de la economía mundial”. Evaporada cualquier sospecha de estar manejado por hordas rojas con intereses espurios, este organismo internacional de carácter intergubernamental denunció días atrás que la Comunidad de Madrid es un “paraíso fiscal interno” al aplicar una tasa del 0% en el impuesto de Patrimonio. Gracias a esta bonificación, el número de ricos ha aumentado un 10 % respecto a otras regiones en los últimos cinco años.
Por tanto, Madrid, que tanto alardea de ser la locomotora económica del país, crece, en efecto, pero a costa de laminar las posibilidades de desarrollo del resto de autonomías. La competencia desleal que practica con el conjunto del país es un ejercicio de insolidaridad que han denunciado muchos territorios, entre ellos Andalucía años atrás. Ahora ya no porque el modelo económico y fiscal en el que se mira la Junta andaluza gobernada por populares y ciudadanos es Madrid. Una aspiración errónea, según muchos economistas, porque está sustentada únicamente en una bajada masiva de impuestos -la que prometió en campaña el presidente andaluz Juan Manuel Moreno- que mermará los ingresos de las arcas públicas autonómicas, pero que Andalucía no podrá compensar con la llegada de más empresas o fortunas porque no tiene el poder centrípeto dela capital. Los grandes patrimonios o corporaciones no aterrizarán masivamente a nuestra tierra por mucho que baje los impuestos -siempre Madrid podrá bajarlos más- y luego no habrá dinero para prestar con garantías los servicios básicos fundamentales o para cumplir el compromiso, por ejemplo, de pagar a los sanitarios andaluces el complemento salarial de rendimiento pendiente de 2019.
En definitiva, cada vez que un dirigente político anuncia una bajada de impuestos me echo a temblar, pero más aún si ese maná fiscal llega de Madrid por el efecto en cascada que produce en España. Luego nos dirán desde Madrid, manoseando las perversas balanzas fiscales, que nadie como ellos aportan tanto al erario público y reciben menos del Estado. Habría que recordarles cada vez que empleen ese falso argumento que Madrid aporta solo una pequeña parte de lo que previamente ‘roba’.
