El jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), el general Miguel Ángel Villarroya, y otros generales de la cadena de mando de las Fuerzas Armadas, como el jefe del Estado Mayor Conjunto o el del Mando de Operaciones y otros de la cúpula militar; el consejero de Salud de Murcia, Manuel Villegas García, su mujer, la directora general de Planificación, Investigación y Farmacia, María Teresa Martínez Ros, y más de 450 altos cargos y funcionarios de su departamento; el consejero de Salud de Ceuta, Javier Guerrero, y el senador por Tenerife y portavoz de Sanidad del grupo popular en la cámara alta, Antonio Alarcó Hernández.
Los alcaldes de Luesia y Asín (Zaragoza), Jaime Lacosta y Rogelio Garcés, respectivamente; la alcaldesa de Molina del Segura (Murcia), Esther Clavero; los regidores de El Verger, ElsPobletsy La Nucía (Alicante), XimoColl, Carolina Vives y Bernabé Cano, respectivamente; el primer edil de Valverde del Fresno (Cáceres), Amalio Robledo; el alcalde de Rafelbunyol (Valencia), Francisco López; los alcaldes de Alcarecejos y El Guijo (Córdoba), José Luis Cabrera y Jesús Fernández, y el alcalde de Ruidoms (Tarragona), Sergi Pedret.
El concejal de Sanidad de Orihuela (Alicante), José Galiano; la concejala de Salud y Bienestar Social de Bonares (Huelva), Rocío Galán; la edil de Plasencia, Soraya Cobos; el concejal de Sanidad La Nucía (Alicante), Manuel Alcalá;los directores gerentes de los hospitales de Basurto y Santa María (Bilbao), Eduardo Maiz y José Luis Sebas, respectivamente, y el responsable político del Centro de Salud Mental Doctor Esquerdo, dependiente de la Diputación de Alicante, Juan Bautista Roselló.
Todos ellos han recibido ya la primera dosis de la vacuna de Pfizer pese a no pertenecer al grupo uno del protocolo de vacunación aprobado por el Consejo Interterritorial de Salud, participado por el Gobierno central y las comunidades autónomas. Se han saltado la cola y no han respetado a que les llegara su turno. Por tanto, son unos caraduras, por decirlo suavemente porque las vacunas que les han puesto debían inmunizar a ancianos de residencias de mayores y trabajadores sanitarios y sociosanitarios que bregan a diario contra la pandemia. Nunca a ellos. Al menos no de momento.
Y atentos porque, a buen seguro, van a conocerse más nombres de políticos o asesores que han sido vacunados antes de tiempo y que están haciendo sordina para evitar la guillotina política que les espera en cuanto trascienda a la opinión pública. Luego que no se sorprendan los políticos cuando apelen a la responsabilidad ciudadana y los ciudadanos no les hagan caso.
