El padre de la joven mallorquina, que se iba a trasladar desde la localidad cachemir de Leh hasta donde está el cadáver con un diplomático de la Embajada, no se desplazará por el momento al haber “pocas posibilidades” de que el cuerpo sea el de su hija, según las fuentes.
Las autoridades de la región de Ladakh, al norte del país, informaron a primera hora del hallazgo de una mujer fallecida que parecía ser Morro, de quien no se tiene noticias desde el pasado día 6.
La avalancha de lodo provocada por las fuertes lluvias sorprendió a Morro cuando estaba acampada con su pareja, Rafael Roca, en un valle cercano a la ciudad.
Tampoco hay pistas sobre los otros dos desaparecidos españoles, Fernando Ezquerro y Rodrigo del Cid.
La Embajada está pendiente además de localizar a siete españoles que estarían en los valles que se vieron afectados por las inundaciones.
CONTINÚA EL RESCATE
Mientras, continúan las tareas de rescate en Leh, donde unas 25.000 personas han sufrido la devastación producida por las lluvias y al menos 174 personas han perdido la vida.
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) aseguró ayer, cinco días después de la tragedia, que pese a los “retos logísticos” ha empezado a proporcionar ayuda humanitaria -como sábanas, jabón, aperos de cocina, ropa o lonas- a 2.000 de las familias “más vulnerables”.
“Estamos examinando las necesidades médicas y movilizando nuestros recursos para satisfacer estas necesidades tan pronto como sea posible”, dijo en un comunicado MSF, que cifró en 25.000 los afectados en el enclave de Leh, un hermoso paraje montañoso plagado de monasterios budistas que ha quedado sepultado por el lodo.
La organización está coordinando su acción con otras ONG locales y con Save the Children, y se propone distribuir ayuda también en el vecino y militarizado distrito de Kargil, donde se halla la carretera que lleva al valle musulmán de Cachemira.
El jefe del consejo de local de Ladakh, cuya capital es Leh, Chering Dorjay, confió en recibir fondos del Gobierno para reconstruir la zona y describió el drama al que se enfrentan los lugareños durante los próximos meses.
Dorjay constató que los afectados que se refugian ahora en cuarteles del Ejército tendrán que salir en una semana y las autoridades deberán buscar otros edificios para ellos.
“En dos meses, tenemos que encontrar edificios permanentes. O los construimos o los alojamos en centros comunitarios o escuelas, que estarán cerradas durante dos meses en las vacaciones de invierno”.