Una de las señas identitarias más exclusiva de la provincia de Málaga es ese conjunto de sierras rojizas que aparecen de fondo desde Carratraca hasta Manilva. Su origen fue una gran extrusión del magma desde el mismo núcleo de la Tierra, uno de los mayores plutones del planeta. Las exclusivas rocas que se generaron, las verdes serpentinas a vecesbermejas por la oxidación, son de alta dureza y con elementos tóxicos que hacen difícil la vida a muchas plantas que se alejan de ellas o se adaptan dando lugar a especies únicas capaces de sobrevivir sólo en estos singulares parajes.
Tras leer la magnífica novela El país de los espíritus de Miguel Ruiz un amigo botánico me desveló su particular razón de por qué Haití, país que había visitado varias veces tras la catástrofe sísmica, era el más pobre del mundo. Me contó que Bartolomé de las Casas respetó el nombre taino que significa tierra montañosa, en donde predominan rocas plutónicas como las nuestras, tan difíciles para la adaptación de especies como para el cultivo. El tratado por el que a finales del siglo XVII España cedió a los franceses este trozo de La Española no fue inocente. Los españoles conocedores del terreno la ofrecieron a sabiendas que la pertinaz geología solo podría conllevar a la pobreza.
Andrés Latorre y Noelia Hidalgo andan en el empeño de que se les reconozca una elevada protección a nuestras Sierras Bermeja, Alpujatay de Agua, por ser un territorio con características únicas en el planeta. Cabe preguntarse en consecuencia si la protección de estos territorios es necesaria cuando parecen protegerse por ellos mismos, al evitar que sean suelos propicios para provecho agrícola. La conservación de la Naturaleza sobrepasa hoy la salvaguarda de especies emblemáticas y atiende al paisaje y a todos sus integrantes como garantía para un futuro sostenible. A diferencia de Haití en donde apenas en cinco décadas deforestaron casi el 95% de estas tierras por necesidad, aquí los planes de reforestación y conservación han valorizado estos territorios a los que hay que evitar que alcance la insaciable voracidad urbanística. Noelia y Andrés estáis cargado de razones que el tiempo reconocerá.