Se intuía, en círculos entendidos se pronosticaba, los veteranos en la materia aseguraban que cíclicamente sucede, pero casi nadie imaginaba la inmensidad de esta ola erguida en tsunami y bautizada Azul y que con tamaño estruendo iba a arrasar en las urnas. El electorado ha hablado y lo ha hecho alto y claro y ante eso hay poco más que decir.
¿Cómo queda el panorama? Centrándonos en la provincia de Cádiz que es donde nos ha tocado, afortunadamente, vivir, se extraen nítidas conclusiones. Resulta evidente que en estas municipales se ha votado en clave nacional y en este sentido Zapatero le ha hecho un flaco favor a sus candidatos, que entre lo que resta y las guerras internas del Psoe no han sabido ni movilizar a su propio electorado. Éste no perdona guerras, quiere soluciones. La guerra Pilar Sánchez y Cabaña se salda con la pérdida de Jerez y de Diputación, con éste ganando con escaso margen en su tierra, Benalup, que a priori se presenta como su cuartel de invierno, y con la aún y por poco tiempo alcaldesa de Jerez buscando una salida que le evite el trago de sentarse en la oposición cuatro años con García Pelayo de alcaldesa y con Pacheco de compañero de banco. Demasiado amargo.Pacheco se ha dado el gusto de recuperar parte del voto que le quitó Sánchez hace cuatro años y con el acta de diputado navegará estos próximos cuatro, pero los resultados no le dan posibilidad de jugar la partida que pretendía y por eso el sabor no es lo dulce que requiere su exigente paladar.
Por otra parte, ayer hubo ejecutiva regional del Psoe en San Vicente para analizar resultados y, sobre todo, posicionamientos de cara al futuro. Caras serias porque el resultado es nefasto, aunque algunos se agarren a los menos de trescientos mil votos que les separan del PP en Andalucía y analicen esa cifra en clave autonómica. El mensaje de hoy es de calma y de sosiego, pero tras la ola mortal hay que reconstruirse y aunque los críticos pedirán ahora responsabilidades para quien entienden que las tiene, la dirección regional pretenderá modernizar su estructura en base a la tan manida renovación que llevan promoviendo desde el congreso.Para ello en Cádiz forzarán a dar un paso al frente a los llamados jóvenes y a aquellos que han mantenido el tipo, caso de Irene García, alcaldesa de Sanlúcar, Fernando López Gil, candidato en San Fernando y con escasas opciones de gobierno, y otros como Rafa Márquez o el nuevo delegado del gobierno en Cádiz, Jiménez Barrios, así como Juan Cornejo, con otros referentes como Menacho o Pepe Blanco, alguno de ellos habituales compañeros de mesa de Griñán y todos cercanos al aparato regional. ¿Pizarro? Salvo que su entorno le oprima o cambios en Madrid le sitúen, no parece que desee hipotecarse en nuevas cruzadas.La consigna será a las trincheras, a recomponerse renovando y a trabajar con objetivo regional porque el voto, piensan, es como el agua, que aunque se desvíe tiende a volver a su cauce y hoy, igual que antes hubo, hay mucho de él prestado y esa es otra lectura de estas municipales. Cada elección se confirma más que se decide no por el voto fiel sino por esa masa de llamados indecisos, cuya participación no está sujeta a una sigla y que bien sea por castigo o por simpatías personales se mueve en una dirección u otra, dando muestras de una madurez electoral que nada tiene que ver con ideologías. Entre otras razones porque el debate ideológico languidece al tiempo que crece el pragmatismo electoral y porque socialmente pierde fuerza el ser de un partido político como ser de un equipo de fútbol, al que se defiende aunque juegue mal.
Mientras tanto en el PP tienen tarea. Ganadas por mayoría Cádiz, Jerez y Algeciras, han de decidir pactos que les den gobiernos en San Fernando, La Línea, El Puerto, Tarifa o Ubrique, entre otras localidades, a la vez de ponerle nombre al nuevo presidente de Diputación. El acuerdo lógico podría ser provincial con el PA y cerrar de una tacada San Fernando, La Línea, El Puerto y Ubrique, entre las localidades con mayor núcleo de población, a cambio de apoyar en Los Barrios a Jorge Romero y en Villamartín a Juan Luis Morales y darle juego en Diputación. El diputado del PA será, previsiblemente, Antonio Jesús Ruiz, segunda fuerza más votada en El Puerto y a cuyo partido judicial, con el asombroso barrido de Peinado en Puerto Real, solo le ha faltado el concejal de Jesús Corrales en Rota. Allí, por cierto, PP y RRUU pactarán y al haber sido Eva Corrales la fuerza más votada lo lógico es que mantenga la alcaldía, lo cual a Lorenzo Sánchez igual le cuadra.En el PA, tras la debacle de San Fernando, también tiene cuentas pendientes que saldar y el hecho de que Pilar González no haya sacado un concejal en Sevilla ayuda poco, sobre todo de cara a que la consigna de partido sea nítida y todos sigan la directriz que marque el partido. Si la hubiera fulminarían a Antonio Prats en Sanlúcar, cuyos enfrentamientos internos le ha llevado a ser la última fuerza votada.Si, como parece, Loaiza es alcalde en San Fernando porque la otra vía pasa por un tripartito que suena mal, lo lógico es que la Diputación sea presidida por Mercedes Colombo hasta ver qué sucede en las autonómicas y en ese caso si el PP alcanza la Junta pueda cumplir una vieja aspiración soñada y casi pactada con Arenas de ser Consejero, por ejemplo, de Empleo. Eso le gustaría, aunque a día de hoy vuele más bajo en función de lo que toca.Conste que en todos los casos cabe la posibilidad de gobernar en minoría y que no hay partido que advierta de esa alternativa, igual que no hay ninguno que la quiera. Si ya es duro en estos tiempos gobernar con mayoría, lo otro es de nota.El tsunami, por lo demás, ha dejado heridos y muertos, pero es lo que tiene esto de la política. Sobran nombres. Hoy ríes, mañana no. El pueblo es sabio y cuando un alcalde es bueno, y Teófila lleva cinco mayorías consecutivas, lo percibe y le vota y lo hace no porque sea azul o rojo, sino porque es bueno. Y a eso hay que aspirar, a tener buenos alcaldes. Azules o rojos, o verdes, o, si me apuran, incoloros, pero buenos.Dice Naomi Klein en su recomendable Doctrina del shock que toda reconversión económica o social a lo largo de la historia se ha producido tras un gran shock provocado en el que la sociedad queda tan convulsionada que acepta los cambios que se les imponga por injustos que estos sean. En este caso el shock ha sido a la inversa y confiemos que tanto unos como otros entiendan el atronador mensaje que ha querido lanzar el silencioso y soberano pueblo, que habla poco pero cuando lo hace, como es el caso, se le entiende claro.
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