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Desde la Bahía

Rebajas

La ley sufre las rebajas que el legislador inexperto le otorga y el Código Penal ha adoptado las rebajas como hábito

Publicado: 15/01/2023 ·
17:29
· Actualizado: 15/01/2023 · 17:29
Autor

José Chamorro López

José Chamorro López es un médico especialista en Medicina Interna radicado en San Fernando

Desde la Bahía

El blog Desde la Bahía trata todo tipo de temas de actualidad desde una óptica humanista

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Ha comenzado el año 2023. Enero, el mes más corto del año ha vivido su primera y completa semana. No es una equivocación. Hasta pasada la festividad de los Reyes Magos, enero no goza de una idiosincrasia propia, porque previamente ha seguido la que le marcaron los festejos navideños de diciembre. Su bautismo es rocoso, porque nos lo presentan como una “cuesta arriba económica” a la que hay que subir o escalar. Esta circunstancia siempre me recuerda a aquellos jornaleros de almadraba, que gastaban su soldada, viviendo a lo grande el fin se semana y luego venían las rebajas gastronómicas de lunes a viernes. Ha sido desmesurada la ingesta navideña y excesivo el gasto en regalos y juguetería. Como no había oro -la inflación lo ha llevado a la caquexia-, ni incienso porque la liturgia vive una situación subterránea, la mirra, olvidado su amargor ha mutado al dulce y modesto caramelo que rastrea el asfalto antes de ir a las manos de los más jóvenes. “Sus Majestades” están de “rebajas”.

Enero destaca en el calendario anual, por ser precisamente el mes de las rebajas. No me gustan las palabras que disminuyen el valor de las cosas y “rebaja” lo es. Tampoco comulgo con el vocablo “pregón” porque creo que es la forma más falaz de querer ofrecer ripios o residuos rimados, como verdadera poesía, en la mayor parte de los casos. Los hombres de negocio saben muy bien que rebajar no es más que quitarle al verdadero valor de las cosas, el añadido que la necesidad o la ocasión le ha permitido tener. Por eso nunca el primer precio de un objeto o construcción será definitivo.
Las rebajas son los márgenes de la ilusión compradora, pero no de la vendedora cuya realidad económica le obliga a hacer eminente su mercancía. Visto de esta forma el comercio es también un arte.

Pero las rebajas tienen una “carta oculta” que el juego de la vida debe conocer y es su poder contaminante. La sociedad y su estructuración o forma de gobierno y administración, se han contagiado - y comenzamos a ver que es de forma crónica- de esta tendencia rebajadora de nivel en todos los sentidos. El derecho a la vida se rebaja mediante una ley de aborto. El derecho de los padres a educar a sus hijos, según sus principios, se rebaja con una enseñanza adoctrinada. Una ley de eutanasia rebaja el tiempo de vida, ofreciendo una muerte digna que nadie sabe explicar en qué consiste. Una nación teme que le rebajen su superficie piquetas separatistas. La justicia empieza a observar como las leyes obligan a rebajar sus sentencias.

La ley sufre las rebajas que el legislador inexperto le otorga y el Código Penal ha adoptado las rebajas como hábito. La Ley de Educación ha rebajado todos sus niveles de esfuerzo y responsabilidad hasta el suelo árido e inútil del suspenso, donde el saber no germina. Las dádivas y las diversas ayudas, rebajan la dignidad que siempre dio el trabajo remunerado. La violencia ha rebajado la condición humana, al nivel de la hiena, aunque ésta, obra solo por instinto y no por maldad u odio.

La seguridad siente la rebaja que le produce la delincuencia callejera y la propiedad rebaja su inviolabilidad hasta el nivel okupa. La crítica gráfica sufre la rebaja que le condiciona el estamento político y el medio audiovisual de mayor poder de comunicación, “la tele” por mor de las rebajas, se ha transformado en “televisión Diógenes”, es decir, se ha acostumbrado a vivir rodeada de basura. Y un largo etc.

Pero enero no abandona al ser humano. Busca el antídoto que eleve todas estas rebajas al nivel del olvido y lo encuentra en el humor. Ya se están confeccionando los trajes de disfraces del próximo y muy cercano Carnaval, y están más que diseñadas los tipos de mascarás que se van a lucir, olvidando las sufridas mascarillas. Se perfeccionan los tonos y ritmos de las coplas, única forma de rebaja verdaderamente positiva, ya que consiguen bajar el rocoso nivel de la soberbia de los ostentan cualquier tipo de poder. La gracia y el humor, que tanto rechazan las rancias entidades culturales, se resisten a padecer las rebajas que la política intenta imponer.

Es un paréntesis corto y plácido el Carnaval, dentro de todo un año que se nos presenta saturado de demagogia, insultos y rebajas de la calidad personal y de grupos, condicionada por unas elecciones que todos quieren ganar a cualquier precio.

Enero también nos ha recordado la rebaja en las creencias. Es una fe mal entendida quien las produce, aunque los fieles comienzan a echar de menos una nueva presencia de su Mesías, un nuevo diálogo que ante tanta tiranía y esclavitud consentida, nos dé la solución que nos lleve Señor a comprenderte.        
 

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