Que la Nochebuena es el día de la familia, no hay duda, por eso todos intentaban regatear para llevar el marisco con la mejor calidad y al mejor precio, siguiendo muy atentos las recomendaciones de los vendedores, eso teniendo en cuenta que los comerciantes aseguraban que este año la cena de Nochebuena le saldrá a los jerezanos hasta un diez por ciento menos, pues los precios han tenido que bajar por la crisis.
“Estamos vendiendo a 24 euros unas gambas frescas que hace dos años estaban a 60. ¿Qué más queréis?”. La crisis es mu mala, porque Zapatero se ha metido en su zapato, pero hay que vender”, señalaba Manolo Flores, de la junta directiva de la asociación de comerciantes de la Plaza.
Pocos como él conocen la realidad en el Mercado Central de los últimos años y ayer sus clientes asentían al tiempo que él aseguraba que los precios estaban “muy apañaos”. “Está todo casi igual que el pasado año, y hay mucho pescado que ha bajado hasta seis euros. Algo bueno tiene que tener la crisis”, comentaba María Pérez, mientras realizaba las últimas compras.
Pese a que para muchos, el ambiente de la víspera de Nochebuena no era directamente proporcional a la recaudación de la jornada, para otros el centro, con todos los aparcamientos al completo, al margen del ritmo feroz de las grandes superficies, no podía estar mejor.
“Hemos tenido hasta que fiar”
“La cosa está muy floja. La crisis se ha notado una barbaridad, hay más ambiente hoy miércoles (por ayer), pero el viernes y el sábado el Mercado no ha estado como todos los años”.
Este comentario de los vendedores de la Plaza era el que más se repetía ayer, la víspera de Nochebuena, el día que la gran mayoría apura para llevarse pescado fresco y recoger los encargos que hayan realizado (pavo, conejo, pollo, cordero... hay para todos los gustos).
L
a flamante Nave del Pescado no estaba a rebosar, pero sí más llena que los puestos de la carne, el problema es que las ventas se concentrarán prácticamente en la jornada de hoy.
Aún así, pese a que los bolsillos no atraviesan su mejor momento, hay pescaderos que no se lo han pensado y han fiado a clientes de toda la vida para que puedan comprar para las fiestas.
“Les hemos fiado para que al menos pasen la Navidad como todo el mundo. Muchos de ellos están parados este año y siguen pendientes de cobrar el subsidio. No nos queda otra. Si luego no nos pagan, pues qué le vamos a hacer”, explicaban ayer desde los puestos.