¿A qué esperan los expertos de la Junta de Andalucía para asumir que se han equivocado en el plan de desescalada que le recomendaron al Gobierno andaluz? No sólo porque nuestra tierra no esté siendo capaz de doblegar la cuarta ola de la pandemia, sino porque somos la peor comunidad autónoma de largo en las últimas dos semanas en las que todos los territorios, incluso la impía Madrid, continúan bajando su incidencia y no así Andalucía que supera de largo la media nacional.
¿A qué espera, a su vez, la Junta para endurecer las restricciones después de que algunas comunidades estén trabajando con Gran Bretaña para que conceda semáforos verdes autonómicos para que puedan visitar los británicos las regiones con menor volumen de contagios sin tener que pasar posteriormente por una cuarentena? A este paso, en unos días, Andalucía tendrá la peor tasa del país y lamentaremos entonces que los turistas de las Islas se vayan a Portugal y otras zonas de España en lugar de a la Costa del Sol.
¿A qué obedece el viraje del PP andaluz que ahora sí quiere hacer valer el pacto 2+2 que no existía y ahora sí en el Ayuntamiento de Granada por el que la primera mitad del mandato municipal correspondía a Cs y la segunda a los populares? Cada día son más los elementos que nos conducen a lo inevitable: no sólo vacunar, vacunar y vacunar, sino votar, votar y votar, más pronto que tarde.
¿Se ha preguntado alguien en el PSOE y en el PSOE andaluz como apenas 5 dirigentes de IU y Unidas Podemos Andalucía llevan varias semanas marcando la agenda en la oposición andaluza? Toni Valero y Ernesto Alba desde fuera del Parlamento, e Inmaculada Nieto –a medio gas por una convalecencia-, Guzmán Ahumada y Ana Naranjo han puesto en aprietos al Gobierno andaluz con la enmienda a la totalidad a la nueva Ley del Suelo con la que devolvieron la norma a la Junta tras la inesperada retirada de apoyo de Vox a PP y Cs. Pero también la coalición de izquierdas planteó una comisión de investigación en la cámara sobre los contratos express, que obligó de nuevo a retratar la magnitud del divorcio de Vox, pero al día siguiente, lejos de arrugarse, pidió los expedientes. E incluso en la sesión de control al Gobierno logró que el presidente Moreno desvelase que la Junta destinó dinero de guarderías para adecentar las zonas nobles del estadio de la Cartuja de Sevilla.
Lo dicho: ¿Dónde está el PSOE y, de paso, dónde están los ministros del Gobierno de Pedro Sánchez que no salen de Madrid ni con agua hirviendo?
