Las caras de expectación y los nervios eran muchos en el centro de día de la Calzada, lugar que acogió el concurso público para conocer quiénes serían los propietarios de estas “adquisiciones ecológicas”, a cuyo proceso se han presentado medio centenar de solicitudes de vecinos. “Madre mía, la de patatas y cebollas que voy a poder cultivar en mi campito. Estoy súper contento”, comentaba emocionado Francisco López, el primer antequerano que fue nombrado en voz alta por el director del centro de día, Francisco Sol.
La mano inocente para sacar los números de la talega preparada para la ocasión fue la de Paco Pino. Los aplausos se sucedían tras conocer a cada uno de los afortunados. Y entre todos los hombres premiados con un campito, listo para labrar durante un año, se encontraba una mujer, Guillermina Avilés, quien no paró de recibir muestras de felicitación por parte de sus convecinos. “Tengo una ilusión tremenda. Toda mi vida he trabajado en el campo, pero para otros. Ahora será el momento de cultivar lo que me gusta comer. Los guisos, sin duda, me sabrán mejor ahora”, resaltaba la vecina, quien aclaró, sin tapujos, su ‘lustrosa’ edad: 75 años.
El proyecto ecológico-social se llevará a cabo en el municipio con la colaboración de la Delegación de Igualdad y Bienestar Social, que participa económicamente en la actuación facilitando los monos de trabajo que necesitarán los nuevos agricultores para realizar las labores de labranza en el huerto, que alcanza los 90 metros cuadrados. “Este tipo de acciones contribuyen a mejorar la calidad de vida y de ocio de nuestros mayores. Es una satisfacción estar presentes”, dijo la delegada responsable del área, Amparo Bilbao.
Los campitos estarán listos para ser cultivados a partir de diciembre. Pronto se verá a decenas de mayores de la ciudad realizar el popular camino que conduce a la ermita de Señor de la Verónica. Pero en esta ocasión para cultivar tomates y pimientos justo detrás de la iglesia.