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Escrito en el metro

Somos gatos

Hoy los gatos son escasos en las ciudades, los niños se sorprenden cuando ven alguno

Publicado: 10/04/2019 ·
09:31
· Actualizado: 10/04/2019 · 09:36
  • Mirador de El Burgo -
Autor

Salvo Tierra

Salvo Tierra es profesor de la UMA donde imparte materias referidas al Medio Ambiente y la Ordenación Territorial

Escrito en el metro

Observaciones de la vida cotidiana en el metro, con la Naturaleza como referencia y su traslación a política, sociedad y economía

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Al gato del mirador de El Burgo se le veía feliz, sentado cuan señor, como dice Raquel. Serenaba el espíritu contemplarlo. Su pelaje escamado ondulaba como olas marinas enacompasados movimientos de una imaginaria zarabanda. Era el mejor indicador de la máxima calidad de ese ambiente prístino que aun poseen algunos pueblos de nuestra Serranía. Allí no hay gaviotas ni cotorras urbanitas, los gatos las mantienen a raya porque sabenbien que a estos felinos no se les puede echar arrestos.Evitamos por desconfianza  compartir nuestro espacio con aquellos que se comportan de igual manera que nosotros. Ahora preferimos a los perros, a los que humanizamos hasta acabar siendo el fiel reflejo de la conducta de sus dueños.  Optamos por ejercer el mínimo retal de poder atávico sobre los domesticados y obedientes canes, comprensivos y fieles compañeros, tan dóciles que son incapaces de revelarse ante las más brutales injusticias de contra supuestos dueños o aceptar ser domados por engreídos amos para las más atroces embestidas.

Hoy los gatos son escasos en las ciudades, los niños se sorprenden cuando ven alguno. Ni siquiera han conocido a Jink, ese gato enfurruñado que hablaba el más perfecto andaluz. A sus sesenta años aun repite en muchos oídos aquello de Marditoroedore, refiriéndose  a los incansables Dixie y Pixie. Sin los pruritos de hoy, aquel gato elevó nuestra autoestima por una incomprendida y censurada habla andaluza.

Velázquez en Las hilanderas pintó como elemento central, aunque difuso, a un gato. Con ello representaba la idiosincrasia del pueblo español, común a lo largo de toda su historia. Dóciles y serenos, hasta que se nos molesta y entonces arañamos. Y así hoy seguimos siendo gatos capaces de revelarnos contra las insidiosas gaviotas o las engañosas cotorras, pero para ello habrá que esperar a que colmen la paciencia de nuestra tranquilidad.

El Burgo, como otros tantos pueblos serranos, se despuebla lentamente. Sin embargo el gato del mirador es el síntoma de la esperanza de que pronto se recupere de este abandono, cuando la búsqueda primordial de calidad ambiental nos haga ver que es el mejor hábitat para nuestra vida.

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