La Fiscalía de Sevilla pedirá a partir del martes diez años de ingreso en un Psiquiátrico para un joven de 21 años que mató a su padrastro de seis puñaladas después de una discusión con la madre biológica del acusado.
Los hechos ocurrieron sobre las 22 horas del 29 de abril del 2010 en la barriada de Los Pajaritos de Sevilla, cuando el acusado F.J.B.C., que estaba en su domicilio jugando con una consola, escuchó una pelea entre su madre y su compañero sentimental, el rumano P.G.V., de 41 años.
P.V.G. había regresado a casa en estado de embriaguez y había propinado una bofetada a la madre del imputado, según el escrito de acusación del fiscal, al que ha tenido acceso Efe.
Entonces el acusado se hizo con un cuchillo de 20 centímetros de hoja de la cocina y se dirigió a la habitación donde se encontraba su padrastro, donde "con el firme propósito de acabar con su vida" y aprovechando que estaba recostado de lado y falto de reflejos debido a su embriaguez, le propinó una primera puñalada en la espalda.
La víctima intentó sin éxito incorporarse y protegerse de las diversas acometidas, pero no consiguió evitar que el agresor le clavase el cuchillo en diversas partes del cuerpo, añade la Fiscalía.
En total, la víctima recibió nuevas puñaladas en el hemitórax derecho, dos en la espalda y otras dos en el hemitórax izquierdo, que afectaron al pulmón izquierdo y al corazón.
La víctima logró dar una patada al agresor y "a duras penas ponerse en pie" y dirigirse al dormitorio de la madre del acusado, donde se recostó sobre la cama pero estaba herido de muerte y falleció instantes después, según el fiscal.
El acusado se cambió de ropa, se lavó las manos y se quedó en la puerta del domicilio a esperar a la Policía, a la que nada más llegar confesó que había matado a la pareja de su madre.
Fuentes judiciales han informado a Efe de que el juicio comenzará el martes con la constitución del jurado y continuará el jueves con la declaración del acusado, a quien la Fiscalía aplica las atenuantes de confesión y la eximente incompleta de trastorno metal.
Afirma la Fiscalía que cuando ocurrieron los hechos sufría "rasgos paranoides y antisociales, con ausencia de patrones sólidos de referencia y cierto déficit intelectivo ligero", factores que afectaban "de manera moderada a su capacidad de comprender y querer".
Junto a los diez años de cárcel por un delito de asesinato, que el acusado deberá cumplir en un centro adecuado al trastorno mental que padece, el fiscal solicita para él que indemnice en 36.282 euros al padre del fallecido, residente en Corabia (Rumanía).