La colocación exacta de la estatua en la Plaza Virgen de los Reyes será frente al muro exterior de la iglesia del convento de la Encarnación, edificio que no está declarado Bien de Interés Cultural y a unos 40 metros de la Puerta de los Palos de la Catedral, por delante del ciprés, a la izquierda de la puerta de la iglesia.
El monumento es una escultura de busto redondo en bronce fundido y con pátina química, de una altura de 2,45 metros, que representa al Papa Juan Pablo II vestido con palio y casulla, y se colocará sobre basamento de piedra caliza, mármol amarillo de Máchale, acabado en arenado, tronco-piramidal de 1,80 metros de alto por 1,10 metros de ancho como dimensiones máximas.
Tras el acuerdo, el presidente de la asociación promotora, José María González-Alorda, expresó a Europa Press la “satisfacción” del colectivo y recordó que ahora es el Ayuntamiento el que debe mover ficha para ejecutar la iniciativa “cuanto antes”.
“No podemos imponer los tiempos, pero ciertamente no hay razón para demorarlo”, indicó González-Alorda, que subrayó que, pese a que tanto el escultor como el broncista deben terminar de percibir los honorarios por sus servicios -unos 15.000 euros-, esta cantidad seguirá siendo recogida “con toda tranquilidad y constancia” mediante una cuestación popular.
Por su parte, el portavoz socialista en el Ayuntamiento, Juan Espadas, consideró que ha considerado que el consenso alcanzado para esta ubicación debe ser “bienvenido”, como “cualquier acuerdo que no genere ni un mínimo de tensión adicional”