Griñán decide

 Cuando el presidente de la Junta, Pepe Griñán, hizo la primera remodelación de su Gobierno y nombró a Rosa Aguilar como Consejera de Obras Públicas dio, a mi modo de ver, una muestra de que no estábamos ante un presidente socialista al uso. Desde entonces Griñán, al que para su desgracia le ha tocado bailar con la más fea al tener que acometer una renovación interna en un viejo partido como el Psoe y hacerlo, además, en el peor momento económico de la historia reciente de este país, ha dado muestras en sus decisiones de no temblarle el pulso ante lo que considera lógico. Y eso es de agradecer. E ilógico es el dispendio que ha caracterizado a la Junta durante estos años de bonanza, que hoy nos arroja datos escalofriantes como los más de 37.000 terminales de móviles a cuenta del Gobierno andaluz o el parque de vehículos oficiales, que, según datos, es el más grande de Europa en la tierra con más desempleo de Europa.
Y ahora Griñán ha entrado de lleno posicionándose en la conveniencia de alcanzar acuerdos para llegar a la caja única andaluza, viejo sueño de Chaves que no pudo acometer y que ahora, con el viento de la crisis soplando de lleno, se hará. Y si el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y siempre gana Alemania, las cajas son un negocio en el que pase lo que pase siempre termina mandando Braulio Medel. Por algo será, aunque hasta en esto nos puede llegar a sorprender el presidente de la Junta.
Andalucía necesita medidas drásticas en muchos sentidos y un aire nuevo de modernización que la impulse al lugar que por territorio y capacidad merece. Tal vez Griñán no haya llegado en el mejor momento y su intención no sea la de permanecer contra viento y marea, pero desde luego se ganará el respeto de todos si en este tránsito que le ha tocado dirigir toma las decisiones en base a lógica y no solo mirando a las urnas. Con Rosa Aguilar lo demostró nombrándola por capacitación a pesar de chirrío que provocó dentro del partido. Y acertó.