Luis Gómez Pérez, popularmente conocido como “El Santanderino”, ya tiene formalmente una calle con su nombre en Torremolinos, donde residió desde los 16 años y donde destacó por ser el promotor de importantes actuaciones urbanísticas que contribuyeron al desarrollo turístico del municipio.
El alcalde en funciones, Pedro Fernández Montes, junto al teniente de alcalde Ramón del Cid y la edil responsable del Callejero, Karima Mimon Moh, han presidido este mediodía un sencillo y emotivo acto, consistente en el descubrimiento de la Placa que nomina como “Luis Gómez Pérez “El Santanderino” una calle que parte de la avenida Carlota Alessandri hasta su confluencia con la Plaza de Cantabria, exactamente donde se ubican los edificios Castillo de San Carlos y Castillo de San Luis, donde vivió el homenajeado.
La viuda del empresario, “Lina” Fernández, acompañada por sus hijos José Luis, Juan Carlos, Jorge, María Luisa y María Eugenia, así como yerno, nueras, sobrinos y nietos, además de vecinos de la zona y amigos, han asistido hoy a este acto acto, en el que, en nombre de todos ellos, Juan Carlos Gómez ha agradecido al alcalde, Pedro Fernández Montes, su sensibilidad para este reconocimiento público permanente de su padre.
Este sencillo acto ha sido consecuente con la decisión del Pleno municipal que aprobó el pasado enero una moción del alcalde, Pedro Fernández Montes, que proponía otorgar el nombre del constructor, entonces recientemente fallecido, a una calle del municipio.
Fue el propio alcalde quien glosó en su intervención, durante la sesión de Pleno, los méritos que, a su juicio, concurrían en este empresario para que su nombre fuera incorporado al callejero de la ciudad.
Luis Gómez Pérez, popularmente conocido como “Luis El Santanderino”, dejó muy joven su Santander natal para instalarse en Torremolinos a finales de los años 40 del pasado siglo.
Recaló en un Torremolinos aún agrícola, donde él mismo explotó la finca de regadío que entonces era La Nogalera, además de atender vacas lecheras expresamente traídas desde Santander.
Pero aquel Torremolinos también empezaba a recibir turistas que venían a residir cortas o largas temporadas en villas o chalés y en los tres hoteles entonces existentes: Castillo del Inglés, La Roca y Montemar.
Mediada la década de los 50 comenzaron a venir más turistas y fue entonces cuando Luis Gómez Pérez vio claro que el porvenir de Torremolinos estaba en su desarrollo turístico y en la dotación de las viviendas que, indefectiblemente, necesitarían los profesionales dedicados a la industria turística y también los propios turistas que quisieran residir entre nosotros todo el año.
Así, en la década de los 60, se hizo promotor y construyó grandes edificios, todos con nombres de pintores: Goya, Picasso, Dalí, Zurbarán, etcétera; y más tarde, a principios de los años 90, en plena crisis de Torremolinos, volvió a apostar por el municipio construyendo algunos de los edificios más sobresalientes de todo el término municipal, como son el Castillo de San Carlos y el Castillo de San Luis, en la plaza de Cantabria, junto al hotel Castillo de Santa Clara.
Posteriormente, en el presente siglo, “El Santanderino” promovió la Urbanización Puerto Chico, en la zona de Costa Lago, y se encontraba preparando la construcción de un nuevo complejo en la misma zona cuando falleció, siendo sus hijos quienes acabarán este proyecto.
Por otro lado, como destacó el alcalde en la sesión plenaria referida, Luis Gómez Pérez “nunca se cansó de manifestar su satisfacción por sus éxitos profesionales en Torremolinos y su profundo cariño por sus gentes, mostrándose orgulloso por el gran número de buenos amigos que hizo entre toda clase de personas durante más de sesenta y cinco años”.
Exponente de estos sentimientos fue el Pregón de la Feria de San Miguel que pronunció en 2009, a través del cual expresó con gran sencillez el cariño que sentía por Torremolinos, al que consideraba ya “su” pueblo, donde ya habían nacido y crecido sus hijos y donde se sentía en todo momento encantado de agradecer a sus gentes la extraordinaria acogida que le dispensaron desde el mismo instante de su llegada.
Entre otras ayudas a personas necesitadas de forma anónima, Luis Gómez demostró siempre su agradecimiento a Torremolinos, creando en su momento la primera Biblioteca Pública del municipio en unos locales de su propiedad en la Plaza Goya que, más tarde, en 2005, cedió gratis al Ayuntamiento.
Son algunos detalles concretos de la vinculación de Luis Gómez con Torremolinos y de los merecimientos que, a juicio del Pleno municipal, justificaron este homenaje tributado este mediodía.
