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Todo está ferpecto

El coste de la responsabilidad ante la pandemia

Juanma Moreno alimenta las expectativas de la desescalada porque quien decide es el Gobierno. Tanto si se produce como si no, gana la Junta, pierde el PSOE

Publicado: 26/04/2020 ·
21:29
· Actualizado: 26/04/2020 · 21:37
  • Juanma Moreno. -
Autor

Daniel Barea

Yo soy curioso hasta decir basta. Mantengo el tipo gracias a una estricta dieta a base de letras

Todo está ferpecto

Blog con artículos una mijita más largos que un tuit, pero entretenidos. Si no se lo parece, dígamelo con un correo

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El Gobierno ha tomado conciencia de su situación de debilidad. Durante el primer mes, PSOE y Unidas Podemos se han abrasado por las luchas intestinas en el Consejo de Ministros y los errores no forzados. La cifra de muertos y la ocultación del número real han despertado indignación y desconfianza.

Las rectificaciones han encendido los ánimos de sectores vitales para el funcionamiento de  la economía, como la construcción, que sufrió un inexplicable frenazo en seco en Semana Santa y solo retomó la actividad a medio gas, o ha dejado atónita a España entera después de que plantearan poder llevar a los menores únicamente a supermercados, farmacias y bancos. Nadie ha explicado qué demonios pensaban al tomar esa decisión.

Finalmente, y aquí está el punto de inflexión, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias siguen sin concretar de qué manera iniciaremos la tan traída y llevada desescalada porque la Humanidad se enfrenta a una amenaza mucho mayor de lo que hemos asumido por virulenta e incierta.

En cualquier caso, en las últimas dos semanas, sus oponentes están aprovechando la ventaja táctica que les da plantear cuestiones en positivo aunque con cierto riesgo pero no tener que decidir en última instancia. La responsabilidad es del otro. Política pura y dura.

Juanma Moreno, el presidente de la Junta, cuenta ya con unas cifras de incidencia del coronavirus y una evolución de la pandemia que les permite despertar expectativas y hablar abiertamente del fin del confinamiento y la recuperación de la actividad. Andalucía, con el 65% de su PIB dependiente del sector servicios y el turismo, mira el calendario. Este fin de semana ha llovido. Perdimos la primavera, con la Semana Santa y sus ferias, pero el verano, soñamos, aún nos puede salvar.

El dirigente del PP se ha dirigido a quienes viven de esto, legión, no solo para abordar las condiciones en las que tendrán que reabrir sus puertas (mamparas sí o no, gel hidroalcohólico junto a las aceitunas, mayor separación de las mesas, fin de los bufés libres, eventos con menos invitados...), sino que se ha lanzado a poner fechas. Sin fundamentarlas. Porque es hora de desconfiar como nunca de las decisiones políticas si no tienen un porqué debidamente razonado. Nos va nuestra salud en ello.

Tan insistente ha estado Juanma Moreno que el Gobierno ha tenido que terciar recordando que la ostenta la autoridad única. Y entonces saltó el cepo. El PP ha conseguido lo que perseguía: oigan, andaluces, que por nosotros empezamos a vivir de nuevo con normalidad a mediados de mayo. Si es así, será por presión de la Junta y porque estamos preparados. Si no lo es, será porque PSOE y Unidas Podemos no quieren. Uno tiene todas las de ganar políticamente hablando porque solo pide; los otros, todas las de perder porque asumen la responsabilidad casi al completo.

Por todo ello, PSOE y Unidas Podemos han pasado de animar a aplaudir en los balcones y pintar murales con colorines y un “todo va a salir bien” a tratar de “minimizar el clima contrario al Gobierno” con el control de la comunicación. Se les va de las manos el asunto.

Dicho lo cual, y al margen de las consideraciones morales de este perverso juego electoral, la explicación de que aún no haya un plan gubernamental de desescalada se debe a la incapacidad de la Administracion por adquirir test masivos para la población. Las informaciones publicadas durante esta semana sobre sobrecostes, comisiones y empresas intermediarias que adquieren productos en China que no llegan, o solo llegan en parte o llegan y no funcionan, son escandalosas.

Y demuestran, por un lado, que hay desalmados capaces de hacerse de oro mientras el mundo se derrumba y, por otro, que el Gobierno es ineficaz. Pintan bastos. Faltan respuestas. No hay planificación y, además, las siglas han entrado en juego. La guerra va a ser cruda. Mantengamos la cabeza fría y permanezcamos en alerta. Las consecuencias de la lucha por el poder entre los partidos siempre las pagamos los ciudadanos. Y nunca nos hemos visto en estas.

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