A veces, los mercados no actúan como nosotros esperamos, o, al menos, con el tempo que más nos conviene. Un ejemplo de ello lo tuvimos en la reciente celebración de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas. En ellas, se enfrentaban dos candidatos antagónicos en ciertas partes de su programa, al menos en los que más efecto pueden tener en los mercados financieros. Por una parte, el aliado del sector, Emmanuel Macron, y por otra, una teórica enemiga, Marine Le Pen.
El primero, no cabía duda, era la carta a la que se jugaba el sector financiero el all in. Mucho se ha hablado de Emmanuel Macron como la nueva esperanza del establishment europeo en una época en la que las opciones políticas que se apartan de él se han incrementado, ya sea por la izquierda (Syriza en Grecia, Podemos en España, Melénchon en territorio galo y quizás el M5S en Italia) o por el lado más xenófobo y nacionalista de la derecha (desde el proceso del Brexit y Viktor Orban, hasta Wilders en Holanda o el auge de Amanecer Dorado en Grecia).
Frente a estos fantasmas, Macron ha sido para los poderes oficiales y fácticos europeos una bocanada de aire fresco, un respiro frente a tanto enemigo. Básicamente porque supone una reedición, más joven y más guapa, de lo que llevan promulgando durante las últimas décadas. Macron, para ellos, significaba restaurarse y afirmarse en el poder, pero hacerlo a la vez con un aspecto de renovación que les venía como anillo al dedo.
Por todo ello, parecía obvio que, si uno se quería beneficiar en los mercados financieros, lo mejor que podía hacer era apostar a la victoria del candidato de En Marche! a las elecciones presidenciales francesas. El caso, aquí, es cuándo hacerlo.
Si consultamos la evolución de los mercados europeos durante los últimos días, veremos que tras el anuncio de la victoria de Macron no se produjeron grandes subidas en los parqués bursátiles europeos o en las cotizaciones del euro respecto de sus pares más importantes. ¿Por qué se produce esta situación, si, tal y como hemos visto, Macron era el candidato favorito de los mercados? Pues, básicamente, porque los inversores y principales actores de los mercados, al ver la victoria del centrista tan clara, decidieron actuar con antelación.
Lección importante: los mercados se anticipan
Si eres de los que buscan convertirte en un inversor profesional o en un trader a tiempo parcial, debes aprender a controlar el timing de los mercados. De nada te sirve controlar al dedillo las reacciones de cada cotización si no sabes anticiparte a ellas, porque, de otra manera, no tendrás forma de beneficiarte.
Por ejemplo, en el caso de las elecciones presidenciales francesas, la mayoría de los inversores que lograron beneficiarse, actuaron antes de que se celebrasen los comicios. Desde el punto y hora que finalizó la primera ronda electoral, quedaba muy claro que Macron iba a ser el presidente de Francia, y este hecho se fue haciendo aún más obvio según pasaban los días. Por ello, todo inversor experto comenzó a operar con CFD, futuros o en el mercado spot sobre cualquier activo que se fuese a beneficiar de la casi que asegurada victoria de Macron.
Y es que todas las subidas potenciales de estos activos, producidas por la seguridad que aportaba la victoria del exministro de finanzas, se iban a producir en los días anteriores a las elecciones. Tanto fue así, que tras la victoria ya oficial de Emmanuel Macron frente a Marine Le Pen, las bolsas y el mercado de divisas no mostraron ninguna subida espectacular, sino más bien una timidez casi que, a veces, bajista. ¿Por qué? Porque los inversores ya comenzaron a intentar asegurar sus plusvalías tras las subidas de las semanas anteriores.
Así, la moraleja aquí para cualquier inversor es que es muy importante saber cómo operar, pero que también tiene una importancia fundamental el saber cuándo hacerlo. Por muy buenas que sean tus ideas, el timing es completamente crucial para cualquier inversión, y marca la diferencia entre sacar unos beneficios cuantiosos o, incluso, poder llegar a sufrir pérdidas notorias. Ya lo sabes, un buen trader tiene mucho de reflexivo, pero también de veloz cuando la situación lo requiere.
