El Ayuntamiento de Sevilla, a través del Servicio de Parques y Jardines adscrito a la Delegación de Transición Ecológica y Deportes, ha iniciado los trabajos de la última fase de restauración de las esculturas de las Victorias Aladas de la Plaza de América, en el Parque de María Luisa. En esta ocasión, son cinco de las dieciséis obras existentes sobre columnas –tres de ellas del artista Manuel Delgado Branckenbury, una de Pedro Carbonell y otra de Lorenzo Coullaut Valera– las que se someterán a una minuciosa intervención, cuyo presupuesto de licitación alcanza los 128.278,98 euros.
El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y el delegado de Transición Ecológica y Deportes, David Guevara, han supervisado hoy las labores de bajada de esas esculturas de sus respectivos pedestales en forma de columnas para ser trasladadas a los talleres de la empresa especializada Dédalo, Bienes Culturales S.L., adjudicataria del contrato. “Se trata de una restauración integral de restauración de las dieciséis esculturas, a las que se ha destinado un presupuesto conjunto de licitación de 389.683 euros en tres fases de intervención, de las que ahora se afronta la última”, ha explicado el regidor.
“Son intervenciones en elementos patrimoniales sobre los que no se actuaba en más de cien años e imprescindibles para mantener la monumentalidad y el carácter histórico de este parque, que es único en Europa”, ha agregado Juan Espadas, quien ha recordado que tal iniciativa se enmarca en la estrategia para la recuperación de su patrimonio histórico y vegetal y de mejora de sus infraestructuras y viarios, con 4,4 millones de euros de inversión en los últimos cinco años.
En concreto, los trabajos actuales sobre cinco Victorias Aladas, con seis meses de plazo de ejecución, consistirán primero en un estudio pormenorizado sobre cada escultura y después la realización tratamientos biocidas, la limpieza mecánica de superficies y química; consolidación para las superficies alteradas; reposición de los morteros en juntas según original; reintegraciones de mortero; cosido y sellado de grietas y pegado de fragmentos, y tratamientos hidrofugantes y antigrafitti, sin que alteren la superficie.
Para las labores de reintegración de piezas perdidas y su reconstrucción, primero se procederá al modelado de las mismas en arcilla siguiendo los modelos originales y la realización de moldes en silicona. Después, tras ejecutar las pruebas de color, un taller especializado reproducirá estas piezas en resina acrílica y fibra de vidrio o material similar que sea resistente a la intemperie y que no presente reducción de su tamaño al secar. Por último, se anclarán las reproducciones a las esculturas con fibra de vidrio y resina resistente a los rayos UV, se procederá a una entonación cromática que iguale toda la superficie tanto de las esculturas como de los capiteles y se aplicarán tratamientos hidrofugantes y antigrafitis.
Entre las piezas perdidas de estas Victorias Aladas destacan cabezas, brazos, alas y coronas, que se habrán de reproducirse tras un trabajo histórico e infográfico. En general, todas estas esculturas –al igual que las anteriormente restauradas– presentan una degradación causada por los agentes meteorológicos, sobre todo humedad y lluvia, que han causado fisuras, fragmentaciones y desgastes de la piedra.
Las Victorias Aladas
La Plaza de América fue proyectada por Aníbal González en el año 1912 con algunas variaciones introducidas en 1914. La ornamentación se completa con el conjunto de esculturas de Victorias Aladas, semejantes a las de la Exposición de Turín de 1911, y que rematan las columnas de los ocho bancos corridos que delimitan el amplio espacio rectangular de la Plaza de América. En total son 16 Victorias Aladas, con distintos elementos alegóricos (escudo y espada, corona de laurel, cuerno de la abundancia, antorcha, flores, paleta de pintura, rueda dentada, etc.). Y de ellas, seis las realizó Coullaut Valera, otras tantas, Delgado Branckenbury, y las otras cuatro, Pedro Carbonell.
La importancia de este conjunto escultórico radica en que perpetúa la tradición de las columnas coronadas por estatuas. La piedra es el material soporte de cada una de esas obras, concretamente biocalcarenita de grano fino-medio, roca porosa y no muy cementada. Cada una de las esculturas está tallada en un solo bloque de piedra hasta la peana, a excepción de las alas y, en algunos casos, los atributos que portan, que están realizados en piezas diferentes adheridas mediante morteros y cosidas con grapas metálicas al bloque principal. Todo el conjunto está formado por cuatro elementos diferenciados: basamento, fuste, capitel y estatua.
La Plaza de América está incluida en el Parque de María Luisa, declarado BIC (Bien de Interés Cultural) en 1983 con la tipología de Jardín Histórico.