Llevar a juicio a un gigante empresarial como
Ikea no es fácil y más cuando la estrategia judicial de la multinacional ha decidido que, simplemente, no existes como problema, por mucho que un
juez haya fijado un día y una hora porque hay indicios más que suficientes de que la empresa sí tiene alguna
responsabilidad legal. Y al trabajador, en este caso, sólo le queda hacerse oír y, si no puede gritar mucho, por lo menos que lo vean. Y desde hace semanas
marquesinas de autobuses, las estaciones de
metro,
colegios e institutos, hasta
partidos de fútbol están siendo “empapelados” con un folleto informativo que explica cómo Ikea tendrá que responder por un caso de presunta
cesión ilegal de trabajadores y
despidos improcedentes, caso que, ahora sí, parece que ha puesto
nerviosos a los responsables de la tienda de
Ikea de Castilleja de la Cuesta...
Corría
julio de 2016 cuando la plantilla de
CM Auxiliares vio confirmada sus peores expectativas:
Ikea decidía prescindir de sus servicios, contrataba a otra empresa para hacer lo mismo que ellos hacían y a ellos no sólo los despedían, sino que les negaban cualquier tipo de
subrogación y, además, como su empresa no tenía ningún tipo de ingreso más allá de los suecos, desaparecía...
Ni dinero para indemnización quedaba. Los trabajadores se vieron solos pero dispuestos a emprender una batalla judicial contra el gigante de los muebles:
Ikea tendría que reconocer la realidad, que era su “
empleador real”.
De los 16 iniciales que fueron despedidos y que prestaban sus servicios en
Ikea como si fueran parte de su plantilla -tenían sus mismos turnos, sus mismos uniformes, sus mismos jefes... aunque tuvieran peores condiciones-, sólo diez se mantuvieron firme en la demanda contra la multinacional del mueble, que desde el inicio se ha negado a reconocer que tuviera ningún tipo de relación con estos trabajadores y que siempre ha dicho que será la justicia quien decidirá en este caso y que, incluso con fecha (
6 de marzo) fijada para el juicio por cesión ilegal de trabajadores y despido improcedente, sigue haciéndose la sueca... Y los trabajadores han respondido con
una campaña "malaya": protestas en las mismas puertas de la tienda de Ikea en Castilleja de la Cuesta, visibilización de su caso en todas las manifestaciones generales que hubiera y reparto de información por toda Sevilla... Y esta última, sí que está teniendo sus
resultados. Si antes los miraban con indiferencia, ahora los sevillanos se interesan por su caso, se solidarizan con ellos y aseguran que lo conocen, que han leído del tema, que saben que
Ikea es la que debe responder por su futuro...
Colegios, mercados de abastos, estaciones de metro, centros comerciales, calles del centro histórico, de la Macarena y de Nervión, o marquesinas de autobuses han sido testigos de la campaña informativa hecha con muy pocos recursos, en la que explican -aprovechando la información del juicio que en su día publicó
Viva Sevilla- el proceso judicial que siguen contra
Ikea por
cesión ilegal de trabajadores, exigiendo su
readmisión, reclamando su derecho a ser
subrogados por la empresa que presta los mismos servicios que ellos hacían y en las
mismas condiciones, exigiendo el
mismo sueldo que les pagaban a sus compañeros de plantilla y que ellos nunca percibieron, reclamando el puesto de trabajo que si
Ikea cumpliera de verdad su
código ético nunca hubieran perdido...
El gigante suceo del mueble se llama ahora
Goliat y el 6 de marzo
David lo llevará ante los tribunales...