Juan Espadas halló tras tomar posesión del cargo de alcalde de Sevilla que el Ayuntamiento tenía unos 44 préstamos con distintos bancos pendientes de pago en alguna cantidad, la mayor parte de ellos procedentes de los mandatos de su correligionario, el socialista Monteseirín. Al cabo de seis meses en el cargo y de ordenación de todas las cuentas, el nuevo gobierno municipal constató que al finalizar el año 2015 la deuda financiera heredada por Espadas y que ha de empezar a afrontar a partir del año en curso es de 464 millones de euros en números redondos.
De los 798 millones de euros del Presupuesto municipal para 2016, los primeros de la era Espadas al frente del Ayuntamiento de Sevilla, el gobierno local tiene previsto dedicar 69,2 millones en números redondos al pago de los préstamos bancarios suscritos en anteriores mandatos por, especialmente, Monteseirín y, en menor medida, Zoido. De esta cantidad, 52,7 millones serán para amortización de capital y 16,5 millones de euros, en concepto de intereses.
De unos a otros
Tomando como referencia el 31 de diciembre de 2015, fecha de cierre del ejercicio anterior y del último Presupuesto del mandato de Juan Ignacio Zoido se comprobó que aún quedaban pendientes de pagar 346,8 millones de euros de dieciséis créditos bancarios suscritos por Monteseirín, por un total de 584,6 millones de euros. De esa cifra se colige que Zoido tuvo que hacerse cargo del pago de al menos 237,7 millones de deuda de su antecesor.
La cifra, sin embargo, sería muy superior. En puridad, puede decirse que todos los préstamos que aparecen en la lista general del Ayuntamiento suscritos durante el mandato de Zoido fueron para abonar deudas de Monteseirín, bien para pagar facturas pendientes desde hacía años con los proveedores del Ayuntamiento (56,7 millones pedidos a los bancos con tal propósito), bien por la deuda de Emvisesa, por haber asumido en tiempos de Monteseirín el pago de la faraónica obra del nuevo Palacio de Congresos de Fibes (préstamo de 52,5 millones de euros).
Al anterior alcalde cabría imputar el coste del ajuste de la participación de la ciudad en los ingresos del Estado (hubo que devolver casi 15 millones por las liquidaciones negativas de la PIE de años anteriores) y los más de 12 millones que hubo que pedir para afrontar la disolución de la sociedad municipal Sevilla Global. Con tales precisiones, realmente Zoido, una vez descontadas las cantidades que abonó antes de abandonar la Alcaldía, le habría dejado a Espadas 19,5 millones de euros de créditos bancarios imputables a decisiones tomadas durante su mandato. El resto, hasta 444,5 millones de euros formaría todavía parte de la pesada losa dejada por Monteseirín.
De antiguo
Hasta tal punto es así, que la mayor partida que deberá destinar este año Espadas a saldar deuda con los bancos es de 26,7 millones de euros, correspondientes a la refinanciación de la deuda que por valor de casi 307 millones acordó su antecesor socialista y de la que al final de diciembre de 2015, años después, todavía quedaban pendientes más de 214 millones de euros.
Los números demuestran continuamente la estrategia de Monteseirín de hacer costosas obras (desde el tranvía a las Setas de la Encarnación) y dejar los cajones llenos de facturas para quienes vinieran detrás.
Este tipo de operaciones de refinanciación de deuda con “patada a seguir” pagando a más largo plazo no eran excepcionales durante los mandatos del predecesor de Zoido y de Espadas. Cinco meses antes de las elecciones de 2011, en las que sabía que no concurriría como candidato del PSOE y que ganó Zoido por mayoría absoluta, aprobó otra refinanciación de la macrodeuda de casi 307 millones de euros (por entonces se había reducido a 272,4 millones), merced a la cual dejaba de pagar 18 millones en intereses a los bancos pero a costa de alargar el plazo de vencimiento hasta el mes de julio de 2030.
Así pues, a partir de aquella renegociación serían necesarios cinco mandatos más de otros alcaldes para acabar de pagar la deuda dejada por el antecesor socialista de Espadas, Monteseirín.
BBVA, el banco favorito del Ayuntamiento
El BBVA y no el Santander, pese a alguna foto de Emilio Botín con Monteseirín en la Casa Grande difundida hace años, es el banco que más operaciones y de mayor cuantía ha firmado con el Ayuntamiento de Sevilla durante los mandatos de Monteseirín y Zoido.
Alfredo Sánchez Monteseirín realizó entre los años 2002 y 2010 tres operaciones con el grupo Santander (una, con de ellas fue con Banesto) por valor total de 29,6 millones de euros, frente a las dos con el BBVA en solitario (12,8 millones de euros) y a la conjunta con esta entidad más Dexia y BCL, que supuso una refinanciación de deuda municipal por casi 307 millones de euros.
Además, el antecesor de Juan Ignacio Zoido firmó tres créditos con Caja Madrid (57,6 millones en total) y uno con cada una de las siguientes entidades: Unicaja (24,7 millones), Instituto de Crédito Oficial (16,9 millones), Eurohypo, un banco alemán (16 millones) y Dexia/Sabadell (6.244 euros).
Por su parte, Zoido suscribió dos préstamos con el BBVA, uno para pagar a proveedores y otro, por la deuda de Emvisesa (en total, 77,5 millones); dos con Caixabank, uno de ellos para el pago a proveedores, y otro para la liquidación de la empresa municipal Sevilla Global (13,5 millones de euros en total); uno con Caja Rural para el pago a proveedores (20 millones) y otro con Santander, con la misma finalidad (10,4 millones).