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Miércoles 13/11/2024
 
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Sevilla

Dogma de la Inmaculada Concepción

El día 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX promulgó el Dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, culminando un anhelo sevillano que tiene raíces en el siglo XIII...

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  • Monumento a la Inmaculada -

Sevilla fue la primera ciudad del orbe cristiano en solicitar al Papa Paulo V el Dogma de la Concepción de María, anhelo nacido en 1417. Todo lo relacionado con el culto a la Concepción, desde los orígenes isidorianos hasta finales del siglo XIX, un tiempo de ferviente renovación de la devoción, está recogido minuciosamente en un libro escrito por el presbítero Manuel Serrano Ortega, un erudito que publicó numerosas e importantes obras sobre temas sevillanos.

El día 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX promulgó el Dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, culminando un anhelo sevillano que tiene raíces en el siglo XIII, pues del año 1258 data la fundación de la primera Hermandad de la Concepción, llamada la Cofradía de los dos cabildos, por estar formada por el Eclesiástico y Secular y el de la Nobleza de Sevilla, como escribió María José Carmona en 1987 (Abc, 7 diciembre). Desde 1854 hasta el siglo XIII, la crónica mariana sevillana tiene hitos capitales demostrativos de la ferviente devoción de la ciudad por la Madre de Dios. En 1417 se consideró fiesta el día 8 de diciembre; en 1592 llegaron al convento de San Diego los frailes franciscanos, enseguida erigidos defensores de la pureza de María y convirtiéndose en el principal foco de la devoción; en 1617 hizo la ciudad su voto concepcionista, y luego todo el siglo XVII fue una constante referencia al deseo del reconocimiento papal de la concepción sin pecado original, coronado por la visita a Roma de una comisión sevillana que presentó sus anhelos al Papa Paulo V.

Todo lo relacionado con el culto a la Concepción, desde los orígenes isidorianos hasta finales del siglo XIX, un tiempo de ferviente renovación de la devoción, está recogido minuciosamente en un libro que supera las novecientas páginas e impreso en apretada tipografía, escrito por el presbítero Manuel Serrano Ortega, un erudito que publicó numerosas e importantes obras sobre temas sevillanos. Se titula el libro Glorias de Sevilla. Noticia histórica de la devoción y culto que la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Sevilla ha profesado a la Inmaculada Concepción de la Virgen María, desde los tiempos de la antigüedad hasta la presente época, impresos por la imprenta de E. Rasco en 1893.

Pero el largo camino hacia la promulgación del Dogma no fue fácil, y los sevillanos sufrieron contratiempos que incluso obligaron a las consabidas procesiones de desagravio, organizadas por los frailes del convento de San Diego, que estaba en el Prado de San Sebastián, en zona cercana a la Fábrica de Tabacos y el palacio de San Telmo. Una de las polémicas más enconadas las originó el fraile Molina, del convento de Regina Angelorum, junto a la plaza de la Encarnación. Y el pueblo contestó con una popular redondilla, que en su primer párrafo decía: “Aunque se empeñe Molina / y los frailes de Regina / con su padre Provincial , / María fue concebida / sin pecado original”. Pronto se hicieron muy populares los versos de Miguel del Cid, uno de los abanderados de la promulgación del Dogma, que dicen: “Todo el mundo en general, / a voces Reina escogida, / digan, que sois concebida / sin pecado original”. 

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