El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo presenta la exposición de media carrera de la artista María Cañas (Sevilla, 1972), titulada 'Risas en la oscuridad', --título inspirado en una novela de Nabokov-- dentro de la sesión expositiva titulada 'Mal de archivo'.
La artista multidisciplinar utiliza habitualmente mil etiquetas para definirse: hacker cultural, vídeo-guerrillera, archivera de Sevilla, Doctora Frankenstein, ciberyonki.
Según un comunicado, la muestra presenta 13 obras audiovisuales (entre videoproyecciones e instalaciones), y 167 fotomontajes. Destaca la obra que da título a la exposición, producida expresamente para la exposición, 'Risas en la oscuridad', donde Cañas rinde homenaje a todos los arquetipos femeninos. En esta muestra también se presentan otras tres obras nuevas, producidas por el CAAC, como son: 'La mano que trina', 'Al compás de la marabunta' y 'Al toro échale vacas'.
"En la situación de marcado cambio político y social que estamos viviendo, sospechar de las imágenes es esencial para activar nuestro presente", escribe María Cañas. Esta exposición muestra gran parte de la trayectoria de esta artista que se autocalifica como La Archivera de Sevilla, "saqueadora de iconos y generadora de relatos "glocales" (globales+locales) a contracorriente. Así como el torero ejerce la
tauromaquia, yo, como creadora, practico la 'videomaquia', que para mí es el arte de lidiar y reciclar todo el 'detritus audiovisual' que nos rodea".
La exposición transcurre a través de fascinantes territorios del cine de metraje encontrados por María Cañas y a través de lo que denomina "video-collages" satíricos que subvierten y reviven el archivo on-line casi infinito y el excedente de imágenes del gran teatro del mundo. "En mi trabajo de apropiación y resignificación cuestiono los discursos cinematográficos, mediáticos y fanáticos, reflexionando sobre la extraña mezcla de diversión y tremendismo, de imaginería lúgubre y sensual que nos rodea, operando en el canibalismo iconoclasta", señala la creadora.
Para Cañas, es importante en este momento filmar lo que nadie filma y donde nadie filma y hacer cine sin cámaras. "Creo que defender la carcajada organiza la rabia y que el humor de todos los colores es una forma de resistencia popular. Mis vídeodelirios se encuentran en el frente de la heterodoxia, del espíritu burlesco-carnavalesco, del esperpento, de la "risastencia"... fuera de protocolos y en muchas ocasiones se transforman en una provocación a los rituales oficiales".
La artista reivindica las narrativas audiovisuales, "liberadas de las concepciones "bunkerizantes" de la historia y de los géneros: avanzar por tierra de nadie, entre el cine experimental y el videoarte, el documental y el ensayo, la vida y la muerte. Lucho con la videoguerrilla, que se introduce en los tópicos y símbolos para dinamitarlos. Mi vídeo-remezcla reta al mensaje dominante y a los mitos socioculturales instaurados por los medios de comunicación de masas, transformando los discursos oficiales en versiones low-cost de cultura crítica".
Y termina uno de sus textos realizados para la exposición del CAAC con un deseo: "Ojalá que se os contagie algo de mi pasión por agitar las imágenes, para así transformarnos en seres más libres y creativos. El fuego camine con todos. Y como advertía Simón del Desierto: 'No os dejéis arder en el fuego de una contemplación vana'".