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Artista 'performer' culmina su "Proceso público" tras cinco semanas actuando

La artista 'performer' sevillana María AA culminará el viernes el experimento denominado "Proceso público" que emprendió el pasado 5 de marzo, fecha desde la cual ha estado todo el tiempo, salvo las noches y los domingos, en la galería Weber-Lutgen interactuando con el público

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La artista 'performer' sevillana María AA culminará el viernes el experimento denominado "Proceso público" que emprendió el pasado 5 de marzo, fecha desde la cual ha estado todo el tiempo, salvo las noches y los domingos, en la galería Weber-Lutgen interactuando con el público.

La base de esta iniciativa artística ha sido "estar expuesta y sometida a la mirada de los otros durante un mes y medio en mi vida pública, profesional y privada", según ha explicado a Efe la artista, de 45 años, que durante ese periodo ha estado haciendo vídeocreaciones, editándolas y proyectándolas y montando instalaciones de manera improvisada.

También pintando sus "gynemetrías" o pinturas efectuadas sobre papel cuché con su propio cuerpo, para lo cual ha inventado su propio material pictórico, una mezcla de pigmento acrílico con leche corporal y otras sustancias.

María AA -desde que eligió este nombre artístico ha rehusado a sus apellidos y ha optado por las iniciales de ambos-- también ha hecho participar al público ya que, por ejemplo, alguien le hace una foto cada día al llegar a la galería y con estas imágenes va componiendo un mural en fotocopias en blanco y negro que le sirven de calendario o diario.

También recibe una visita concertada cada día, generalmente de desconocidos interesados en su obra o grupos reducidos, a los que acoge en la "Salita de recibir", donde suele ofrecerles una merienda mientras le preguntan sobre su obra y, en ocasiones, acaban implicándose en alguna grabación de vídeo, en una pintura o en una instalación momentánea.

María AA, que se licenció en Bellas Artes y posteriormente se formó como electricista, ocupa íntegramente los algo más de cien metros cuadrados de superficie de la galería Weber-Lutgen y todas sus paredes con esa "Salita", pero también con una mesa de edición de vídeo.

También cuenta con cuatro pantallas de televisión y una de vídeo de grandes proporciones, donde va mostrando las creaciones de estas cinco semanas, y con instalaciones efectuadas con elementos de 'performances' anteriores, como una a base de paelleras y guantes de boxeo.

Cuando la visitó un grupo de niños de entre 5 y 12 años, con los que también montó un vídeo, creyeron que la galería de arte era realmente la casa de Maria AA, quien desde el día 5 de marzo solo falta de allí entre las once de la noche y las diez de la mañana y los domingos, días que aprovecha para cocinar para toda la semana y dispone la comida para llevársela en termos.

La artista, que ha hecho 'performances' en el Círculo de Bellas Arte de Madrid y en centros culturales de Barcelona, Gijón, Granada, Berlín, Lausana y Bérgamo, entre otras ciudades, ha efectuado para "Proceso público" cuatro vídeoacciones a la semana, todas las cuales proyectará el viernes, última jornada de "Proceso público".

La galería ha puesto a la venta sólo algunas obras, las pinturas y otras piezas como el denominado "Kit de emergencia para crisis sentimentales", integrado por una camiseta interior y unas bragas, ambas piezas decoradas con la silueta de lápiz de labios muy graso que le dejaron en su ropa los asistentes a una de sus 'performances'.

De ese "Kit" tiene expuesto el original, del cual ha hecho una tirada de cinco reproducciones que son las que están puestas a la venta.

La "Tarjeta de visita" de "Proceso público" es un traje de flamenca de lunares colgado de una percha a la entrada de la galería, del cual los visitantes, al marcharse, pueden recortar un lunar con unas tijeras y llevárselo de recuerdo --el vestido estaba hoy lleno de agujeros--.

El director de la galería Weber Lutgen, el luxemburgués Eduard Marie Anne Weber, al ser preguntado por qué desde hace casi seis años sostiene una galería alternativa que no admite exposiciones convencionales, ha contestado que en su familia ya hubo "una oveja negra", su padre, que fue arquitecto, mientras que los otros siete hermanos de su padre se dedicaron al arte contemporáneo.

"El arte contemporáneo no está al servicio de nadie ni de nada, ni siquiera da de comer al artista", ha concluido el galerista.

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