La popular bocatería 'La Brioche', ubicada junto a la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales en la zona de Viapol, ha visto cómo sus clientes han cambiado la línea de teléfono para hacer sus pedidos por la aplicación para smartphones 'whatsApp', a través de la cual pueden encargar sus bocadillos o almuerzos para recogerlos calientes, en el momento y sin necesidad de espera.
Esta bocatería-pastelería surte no sólo a estudiantes de las distintas facultades de la zona o del Instituto Murillo que se encuentra a la vuelta de la esquina, sino también a trabajadores de las oficinas cercanas.
Así, pensando en los descansos de los jóvenes entre clase y clase o en los adultos que puedan tener media hora para comer, en mayo del año pasado 'La Brioche' adquirió una línea de móvil con 'whatsApp' a la que los clientes pueden enviar su pedido con al menos 20 minutos de antelación para así ahorrarse la espera y el dinero de una llamada de teléfono.
"Al principio la gente se creía que era guasa", ha indicado a Europa Press Chari Rioja, la dueña de este negocio asentado en la calle Barrau desde hace 19 años. No obstante, poco a poco los pedidos vía 'whatsApp' han superado a los que se realizan llamando por teléfono. Reciben "más de 20 al día", ha indicado, aunque la mayor parte de la clientela sigue haciendo los pedidos 'in situ'.
La dueña reconoce que "a veces es un jaleo porque hay que estar pendiente de los pedidos por el móvil, por teléfono y atendiendo", aunque asegura que las cinco personas que trabajan en el local se "coordinan muy bien" y los pedidos vía 'whatsApp' agilizan los tiempos. "Hay que innovar, adaptarse a las nuevas costumbres y a los bolsillos", ha manifestado Chari, señalando que "ya habrá otros que copien la idea".
PROLIFERACIÓN DE NEGOCIOS
Chari recuerda cómo esta pequeña bocatería "pionera" en la zona, en su momento más álgido --"cuando se celebraban las barriladas de los estudiantes por aquí"--, llegó a contabilizar 1.500 bocadillos vendidos en un día. Ultimamente, ha visto proliferar negocios muy similares en la misma calle.
La dueña aboga por que hubiera "alguna regulación, como ocurre con las farmacias, para que no haya dos establecimientos pegados que presten exactamente el mismo servicio", señalando que en algunos casos observa "competencia desleal".