Hoy, 1 de noviembre, se abre el plazo para solicitar una caseta en la Feria de Abril de Sevilla, un proceso que puede llegar a convertirse en una auténtica pesadilla para más de un sevillano que sueñe con hacerse un hueco en “su” Feria.
Se suele decir que Sevilla, además de ser de los sevillanos, es costumbrista. Que vive más que ninguna otra sus tradiciones más clásicas. Entre ellas, destacan dos que suelen transformar a la urbe en un escenario de película: su Semana Santa y una Feria que, a pesar de haber acaparado en sus últimas ediciones algunas primerizas fechas de mayo, siempre fue (y es) llamada de Abril.
Tras la que para muchos es la noche de terror por excelencia, llega el día en el que todos los santos pululan libremente por cada rincón de una ciudad de leyenda. En esta misma fecha, además, comienza el período para aspirar a tener una pequeña parte de la próxima Feria en forma de caseta. El primer paso de un largo proceso que, en el mejor de los casos, “solo” podría demorarse dos o tres décadas en el tiempo.
Como ya anunciara el Ayuntamiento de Sevilla el pasado 28 de octubre a través de sus distintos canales sociales, el período para presentar las solicitudes para la adjudicación de alguna de las casetas de la Feria de Abril de 2023 estará abierto desde este 1 de noviembre hasta el día 15 del mismo mes, ambos inclusive.
Este año, para facilitar la tramitación y avanzar en el proceso de modernización de los servicios administrativos de la institución, las solicitudes se podrán presentar tanto presencial como telemáticamente, con este último como método más recomendado.
Así, todo aquel sevillano que desee optar a conseguir una caseta tendrá que saber diferenciar si ésta tendrá a una persona física o a una entidad como principal valedor.
En el caso de las personas físicas, el proceso de solicitud puede realizarse a través de internet o presencialmente, para lo cual habría que acudir al registro general del Ayuntamiento de Sevilla o a los registros auxiliares de los Distritos Municipales, a los que se debe acudir con una cita previa.
En cambio, las entidades (como asociaciones, empresas o peñas) solo podrán mandar toda esta documentación vía web.
De presentarse a través de la red, el plazo para enviar las solicitudes estará abierto desde las 9:00 horas del día de hoy hasta las 23:59 del 15 de noviembre; de hacerlo de manera presencial, ya sea en el registro general o en los auxiliares, nos tendremos que esperar hasta mañana, 2 de noviembre, para poder acudir a dichas sedes de lunes a viernes en horario de 9:00 a 14:00.
Además, las solicitudes por parte de personas físicas deberán ser entregadas por el propio titular de la caseta o, en su defecto, por una tercera persona con autorización firmada y fotocopia adjunta del DNI del titular.
Una vez elegido el camino (más o menos digital) a seguir, el área de Fiestas Mayores ofrece cuatro modelos diferentes de solicitud dependiendo de la situación en la que se encuentre cada uno: el de licencia de titularidad tradicional, destinados a aquellos que ya gozaron de caseta en la última Feria, o el de titularidad perdida, para quienes no tuvieron caseta el año pasado pero sí en otra ocasión.
Junto a ellos, el de renovación de petición de licencia que, como su nombre bien indica, va destinado a los que se encuentran en la lista de espera para la adjudicación de una caseta, y el de primera petición de licencia, para quienes solicitan una por primera vez.
Si este trámite se ha realizado a la perfección, solo quedaría esperar. Algo que, en este caso, no es fácil y puede provocar algún que otro susto, ya que en Sevilla se puede llegar a tardar hasta cerca de treinta años en conseguir una caseta. Para hacernos una idea: la lista de espera de la última edición contó con más de 1.186 nombres, superando al número de casetas (1.053) que se montaron y decoraron a lo largo y ancho del Real.
De hecho, en 2022 solo se “estrenaron” seis casetas. Éstas, como explicaron desde el Ayuntamiento, fueron seleccionadas a través de un proceso en el que se aplican criterios de antigüedad y proporcionalidad, además de salir ganadoras en una serie de sorteos realizados entre los “proyectos” más longevos.
Después de una noche de brujas, algunos hispalenses vivirán un nuevo capítulo de su particular y tenebrosa espera, cuyo fin puede antojarse lejano pero que, de darse, podría convertir este relato en una nueva historia, algo más mágica. Una historia para no dormir, al menos, durante una semana de abril o mayo.