Sevilla fue la provincia andaluza que mejor resistió la crisis provocada por la pandemia, según se desprende del anuario 2021 de Hostelería de España, que recoge los principales datos de la evolución del sector en 2020, tanto a nivel nacional como por comunidades autónomas, e incluye el análisis de cierre de 2021, avanza las perspectivas de 2022 y señala las tendencias del sector, y establece que el sector en Andalucía ha perdido 8.000 millones de euros en facturación por la pandemia.
Según el informe, el sector hostelero en Andalucía redujo el empleo por el impacto de la pandemia en 2020, de más de 300.000 personas a 257.000, y la facturación se quedó en algo más de 10.000 millones de euros, pasando a representar el 3,5% de la riqueza regional, frente al 6,4% prepandemia.
Antes de la crisis contaba con más de 56.000 establecimientos y en 2020 el censo de las empresas hosteleras alcanzaba a final del año un 64,5% de tasa de supervivencia en restauración y un 75,1% en el alojamiento. En el caso de los autónomos, la tasa de supervivencia es mayor, un 81,7% restauración, y un 84,9% en las de alojamiento.
En el análisis por provincias, la provincia más afectada tanto en alojamientos como en restauración fue Huelva, mientras que Sevilla fue la que resistió con mejores datos.
En datos generales, la producción del conjunto del sector hostelero tuvo una fuerte caída respecto al año anterior de un 43,3%, situándose además un 30,5% por debajo de la cifra de diez años atrás. La importancia del sector hostelero en la economía regional tiene su reflejo en el mercado laboral de Andalucía, aunque en 2020 el empleo en las ramas características de la hostelería supuso un descenso de un 17,5%, más acusado en el alojamiento.
Por otro lado, los precios bajaron siete décimas en tasa interanual en el conjunto de la hostelería hasta un 1,1%, notándose también más en el alojamiento que en la restauración.
Además del análisis pormenorizado de lo que ha supuesto 2020 para el sector, al cierre de este 2021 se espera a nivel nacional una fuerte recuperación respecto a 2020 y que se modere la caída con relación a 2019, con descensos entre un 20-25% en el período navideño (lo que supone una facturación aproximada en el período de entre 8.500 y 9.000 millones de euros). En la media de 2021 el descenso respecto a los datos precrisis se situará entre un 25 y 30%.
Hostelería de España avanza 2022 será el año de la recuperación, aunque condicionada por la incertidumbre en la evolución de la pandemia, la subida de los precios y la finalización de las ayudas concedidas a las empresas, por lo que "la recuperación plena del sector es muy probable que se retrase hasta 2023".
Por otro lado, desde Hostelería de España se insistió en la necesidad de alargar el plazo de solicitud de ayudas, que expira el 31 de diciembre. La hostelería solicita la ampliación de este plazo hasta junio de 2022, además de la aplicación de criterios más sencillos. No se puede admitir que las comunidades autónomas vayan a devolver al Gobierno 2.500 millones de euros procedentes de estas ayudas con la grave situación que todavía viven las empresas.
"Esta crisis ha traído algunas tendencias muy marcadas, que seguramente se impongan a corto y medio plazo", apuntan los hosteleros, que se refieren a que la digitalización está a la cabeza para mejorar los procesos, tanto de producción como de comercialización. Se van a producir nuevos momentos de consumo que supondrán nuevas oportunidades de emprendimiento, y la comida a domicilio y para llevar seguirá experimentando un auge que se sumará a la oferta integral de los negocios.
Por último, prevén una hostelería con una gestión muy mejorada, en la que la eficiencia en los procesos y la profesionalización van a primar, además, sostenibilidad y formación son otros aspectos ineludibles para la recuperación que marque las líneas del sector del futuro.
El sector de la hostelería en España antes de la crisis facturaba 130.841 millones de euros, lo que representaba un 6,4% del PIB y empleaba a más de 1,7 millones de trabajadores. Estas cifras demuestran la importancia que tiene el sector para la economía de nuestro país y que ha conservado a lo largo de los años, tanto en la contribución a la riqueza del país como por el papel clave que protagoniza en el desarrollo del turismo.