Domingo 24 de enero. Temperatura envidiable para la fecha. Sin viento. Plaza del Rey llena. Niños jugando. Terrazas atestadas (o casi). Una de las cuatro plazas con las que cuenta la calle Real y que si bien no todas presumen de la oferta hostelera que tienen la del Rey y la de la Iglesia, sí presumen de espacio para realizar actividades. Lo que en lugares donde se toman en serio la invasión de los espacios públicos por los ciudadanos a pie se conoce como dinamización.
¿Posibilidades? Incontables y de todo tipo. Desde atracciones (en el colegio de la Salle había un concierto de banda y el ambiente era extraordinario) musicales al hombre estatua caracterizado de Alien. ¿Faltan actividades que lleve a más gente aún a una calle semipeatonal, o caso peatonal?
Es verdad que por ahí pasará el tranvía alguna vez, pero se antoja lejos e imperdonable que no se pongan en marcha todo tipo de iniciativas hasta que cada cuarto de hora haya que vigilar que los niños no se traguen la locomotora del tren-tran y la abollen.
Siempre se vendió que la peatonalización o semipeatonalización -de las dos formas la han vendido, se pongan como se pongan- sería un mar de oportunidades para que la gente reconquistara el espacio que ocupó el vehículo de motor cuando era una carretera general. O cuando era algo que no se sabía ni se sabe, una calle sin recepcionar sobre la que se construyó un vía que llega hasta la Ardila asentada sobre un suelo sin permiso del propietario del suelo. O sea, el Ministerio de Fomento o como se llame ahora.
El problema es que los políticos no parecen estar por la labor, visto lo que está ocurriendo en el país donde todos juegan al ratón y al gato en vez de a ganarse el sueldo que ya cobran. Un evento que el año pasado comenzó a ser un éxito, este año no se ve. Ni los del año pasado ni otros nuevos. Sólo los obligatorios.
Lo que se ve ahora, con un video corto y una foto panorámica, es que hay lugar para llenar de contenido. ¿Qué contenido? Saberlo y ponerlo en marcha lo llevan incluido en el sueldo los que gobiernan. Y la oposición también, que se presentaron voluntarios para trabajar por la ciudad. Si luego tuvieron la desgracia de quedarse sin sueldo...
