Las hermandades ultiman los detalles del besapié y besamanos magno que se celebrará el 5 de octubre en San Fernando, dentro de los actos del Año de la Fe. Así, la Archicofradía de Medinaceli lleva tiempo preparando el traslado del Medinaceli a la capilla del convento de las Madres Capuchinas, donde el titular será trasladado en la tarde del viernes 4 de octubre.
La Archicofradía expondrá al Medinaceli en besamanos, para diferenciar del tradicional besapié que se celebra cada primer viernes de marzo o el que recibe en su altar de diario. Con este traslado, el Medinaceli quiere resaltar el Año de la Fe y fortalecer su carta de hermandad con las Madres Capuchinas.
De la misma forma, la venerada imagen de Jesús de los Afligidos, que cada Domingo de Pasión ofrece a besar sus manos, estará expuesto en besapié, siendo éste un momento que no recuerdan los más veteranos de la hermandad, de ahí lo especial de la ocasión.
No estarán todas
La Virgen del Carmen Coronada, Patrona de San Fernando no estará expuesta en besamanos en la jornada del 5 de octubre, pues la hermandad del Carmen prevé que la Patrona esté ese día ya subida en su paso, de cara al inicio del triduo conmemorativo de la Coronación Canónica de la Patrona, que comenzará el miércoles 9.
Por otro lado, tampoco estarán expuestos los titulares de la hermandad de la Humildad y Paciencia, y es que la hermandad ya tomó esta decisión una vez que vio que no contaba con ella para formar parte de la exposición del Año de la Fe, que será inaugurada el día 27.
El besapié magno es la fórmula ideada por el Consejo de Hermandades para celebrar el Año de la Fe, al igual que ya se hizo en Sanlúcar de Barrameda los pasados 24 y 25 de noviembre, con imágenes de Cristo.
Con este besapié magno, el Consejo de Hermandades ha desechado una procesión magna mariana o un vía crucis magno, como se viene desarrollando en gran parte de Andalucía y numerosas poblaciones vecinas como Cádiz, El Puerto de Santa María, Jerez, Conil, etc.
Ahora sólo queda que el tiempo acompañe y La Isla intente repetir el ambiente en la calle de un Domingo de Pasión, antesala de la Semana Santa.