La Virgen de las Penas, de la Humildad y Paciencia salió anoche a la calle para recorrer las calles de la barriada de la Ardila, en conmemoración del 25 aniversario de su bendición.
Sobre una parihuela con su candelería encendida, como en las grandes noches del Domingo de Ramos, aunque con temperatura propia de un mes que se acerca al invierno. Fue una salida muy especial, pues la parihuela fue sobre ruedas y con marchas procesionales de corte solemne que sonaban bajo la parihuela de la Virgen.
Numerosos hermanos de todas las edades acompañaron a la Virgen de las Penas por las calles de la feligresía de San Servando y San Germán, en lo que supuso un reencuentro de la Virgen con los vecinos, esos mismos que ve en mayo en su rosario. En el cortejo también figuraba una sección de la agrupación musical Virgen de las Penas con su banderín.
La salida de la Virgen de las Penas, suponía el fin de los cultos que se han venido celebrando en honor de la Virgen a lo largo del día, ya que a las 11,00 horas, se celebró una función religiosa, presidida por el párroco de San Servando y San Germán y director espiritual de la hermandad, Francisco Granados Díaz.
Durante todo el día, fueron muchas las personas que se acercaron por la parroquia de San Servando y San Germán para ver a la Virgen de las Penas, que en 25 años ha sabido hacerse con un hueco importante en las barriadas que rodean la iglesia de la Ardila.
La cofradía de la Humildad celebró el año pasado el 25 aniversario de su fundación, y este año el que corresponde a la bendición de la Virgen de las Penas.