Aunque en estos momentos de dura crisis parezca casi imposible, todavía quedan personas que creen que es factible lanzarse a crear nuevos negocios en Rota y salir de ello triunfantes. ¿Cómo? Adaptándose a las necesidades de los clientes, y poniendo como premisas la calidad y la atención personalizada al público, valores que en algunos casos se pierden en un momento en el que impera una competitividad salvaje en la que priman los beneficios antes que ofrecer un buen servicio.
Con esta mentalidad, Eusebio Fortson Martorell volvió a su pueblo natal tras pasar casi veinte años en Estados Unidos, a donde emigró a buscar fortuna y empleo y donde se curtió en diversas actividades profesionales desde lo más bajo hasta llegar a regentar sus propios negocios en la llamada ‘Tierra de las Oportunidades’.
Pero el terruño y la familia llama, y la distancia de sus padres y amigos comenzó a pasarle factura a este roteño, criado en los famosos bares ‘La Parra’ y ‘Sangría Shack’ trabajando para su tío, el muy conocido en la Villa Ángel Martorell.
Tras un año sabático, dedicado exclusivamente a reforjar lazos familiares y de amistad, Eusebio detectó que en Rota existía un hueco en algunos sectores de servicios que él se ha atrevido a llenar.
Este empresario se lanzó a crear dos nuevos negocios: una nueva alternativa a los suministros energéticos, creando la oficina ‘Suniber’ en colaboración con Iberdrola, y una academia de inglés regentada por su esposa Marta, licenciada en Filología Inglesa y con experiencia como docente en escuelas de Virginia Beach.
Así, entre abril y mayo de este año, la pareja inauguraba en la avenida María Auxiliadora las oficinas de ‘Suniber Suministros Energéticos’, en el número 46, y el Centro Educativo ‘Chat Room’, en el número 32. Todo un órdago en estos momentos, pero quién dijo miedo.
Además, Eusebio no está solo en esta aventura: le acompaña un socio comprometido, Ricardo Costa, al que conoció en Córdoba. Un amigo de la infancia que gracias a sus conocimientos en empresariales y su experiencia laboral decidió seguir a Eusebio y apoyarle convirtiéndose en la otra mitad de su nueva propuesta para los roteños. Ricardo, que también se vio obligado a emigrar para buscar empleo, desarrolló parte de su trayectoria laboral en Sudamérica, pero la distancia de la familia se le hacía dura, y con la propuesta de Eusebio vio un nuevo camino lleno de posibilidades.
Trabajando cara a cara
El objetivo principal de estos dos nuevos negocios: ganarse la confianza de los ciudadanos de Rota practicando la atención al cliente altamente personalizada: “pretendemos ganarnos a nuestros clientes uno a uno”, matiza Eusebio.
En el caso de ‘Suniber’, que trabaja en colaboración y con la garantía de una gran empresa como Iberdrola, líder mundial y europeo en energía eólica y renovables, la idea es ofrecer al cliente una verdadera alternativa de ahorro energético, realizando para el cliente un estudio detallado de consumo al momento. “No creemos en las grabaciones que atienden al cliente de forma fría e impersonal. Estamos aquí para ofrecer alternativas reales y para que el cliente se sienta tratado como lo que es, una persona individual que tiene unas necesidades concretas, a las que nos adaptamos”.
En ‘Suniber’ garantizan que, tras un estudio detallado de la factura de la luz el gas, es posible mejorar el precio, facilitando a las familias el ahorro en estas cuestiones básicas, y en unos momentos en los que conseguir gastar algo menos en las facturas fijas es todo un logro y un alivio. Y pronto completarán su oferta, a través de su colaboradora Ana Gonzáles Cáceres, poniendo a disposición de los roteños los seguros Almudena y Norte-Hispana de Vida, Hogar, Decesos y Vehículos.
Lo que ofrecen desde la oficina de ‘Suniber’ es la posibilidad de acudir a una oficina física, con especialistas dispuestos a atender el caso de cada cliente como si fuera el único, para buscar la mejor opción de cara al servicio que necesita, y siempre buscando el precio más competitivo para que no se pierda en calidad del servicio pero se puedan salvar algunos euros en la cartera. Y sobre todo con la tranquilidad de que cada petición de información o pregunta que surja en el proceso no será atendida por un contestador automático programado, sino por dos personas implicadas y dispuestas a trabajar por el cliente.
