Cada año desaparecen en nuestro país, según el Ministerio del Interior, 10.000 personas. De ellas, según los datos que maneja la Policía, el 50 por ciento aparecen de manera inmediata; del resto, un escaso porcentaje aparece pronto pero no quiere saber nada de su familia; la mayoría, sin embargo, no aparece nunca. ¿Está José Melgar entre estos últimos? La Policía dice a las claras que es pesimista. Y dice que lo es en torno a su posible hallazgo pero, en caso de producirse éste, de que el anciano esté sano y salvo. Y es que fuentes de la Comisaría de la Policía Nacional consultadas por RONDA SEMANAL aclaran: “La desaparición de José Melgar es una de las consideradas de alto riesgo”. Tras que hayan pasado tres meses, “sólo se puede ser pesimistas”.
Tras cada desaparición, los investigadores valoran el nivel de riesgo. Normalmente cuando aparece una nota, el riesgo es bajo, porque la desaparición es voluntaria. Cuando se trata de un menor, de no ser que desaparezcan con frecuencia, se cataloga como de alto riesgo. En el caso de los mayores, el nivel de riesgo siempre es alto: “Han pasado muchas semanas. Hablamos de una persona con pérdidas de conciencia y cierta demencia; de avanzada edad... Somos pesimistas”, advierte la Policía Nacional.
Se une que, admiten también los investigadores, no hay ni una sola pista fiable o que haya servido en algo a la investigación. De su pérdida, sólo se conoce aquella famosa pista de quien le vio por última vez, en la tarde del 17 de octubre, en la zona alta de la Calle la Bola. “Desde ahí, no hay nada más”. La Policía apenas ha recibido llamadas. Las que apuntaron a la presencia del anciano en Sevilla o Algeciras resultaron ser infructuosas, puesto que se llegaron incluso a visionar las cintas de las cámaras de seguridad de lugares como la Estación del Prado de San Sebastián, en Sevilla, sin que se encontrara nada. Hasta tres veces se rastrearon con helicóptero vastas zonas de Ronda, que también se peinaron, palmo a palmo, a pie, con agentes de cuerpos de seguridad y numerosos voluntarios, como La Galia, la cornisa o la hoya del Tajo... Ni le encontraron en los dispositivos de búsqueda, ni le encontró ningún senderista o vecino particular. Y no hubo respuesta en los pueblos limítrofes a Ronda. El nombre de Melgar aparece ya como uno de los señalamientos que hace la Policía en las bases de datos de toda España pero, incluso, de fuera del país. Se han controlado hoteles y hostales. Y no ha habido resultado. Incluso se abrió una línea de trabajo a través de Policía Científica, común en estos casos, tomándose muestras de ADN a sus familiares e incluyendo un dentograma en esas bases de datos.
¿Y después de todo esto? “El expediente sigue estando sobre la mesa. Aparece de manera continuada, a través de un sistema de alertas, en las reuniones de trabajo que se mantienen, y si hay alguna actividad de tipo preventivo, como vigilancias en el campo, en el entorno, siempre se sigue teniendo presente que existe un desaparecido”, explica la Policía Nacional, que no descarta “nada”, pero que se atreve a dar una hipótesis: “No puede haber ido muy lejos. Pero no somos capaces de encontrarle”. Porque admite la Policía que el entorno de la ciudad es “muy complicado”.
Como con José Melgar, la Policía mantiene abierta la investigación en torno a la desaparición del joven Iván, de Puerto Real, quien desapareció en Ronda tras pelear con su novia, de esta ciudad, en enero de 2011. Su coche, vacío, apareció en el barrio y nada más se supo de él, pese a que se rastreó toda la cornisa. La presa del fondo del Tajo llegó a vaciarse tras que testigos aseguraran que un hombre, natural de Algodonales, se lanzó al vacío. Desde octubre de 2008 está desaparecido, pero nunca se encontró su cuerpo.