¡Respeto, por favor!

Publicado: 22/11/2020
Autor

Fernando Pérez Monguió

Presentador de 'Acento Andaluz' en 7 Televisión y jefe de informativos de la Cadena SER Andalucía

Acento andaluz

Fernando Pérez Monguió analiza en este espacio la actualidad andaluza, con fibra progresista y corazón social

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Es desolador el devenir de algunas conductas en Andalucía que debilitan nuestras instituciones y los cargos que nos representan en ellas...
Es desolador el devenir de algunas conductas en Andalucía que debilitan nuestras instituciones y los cargos que nos representan en ellas. La semana nos ha ofrecido varios ejemplos, aunque todos piensen únicamente en las imágenes y sonidos difundidas por televisiones, radios y periódicos de todo el país del portavoz parlamentario de Vox, Alejandro Hernández, perdiendo sorprendentemente las formas y mandando “a la porra y a tomar por culo” a la presidenta del Parlamento andaluz. Y digo sorprendentemente porque este diputado, más allá de estar en las antípodas de muchos de sus postulados políticos, no se ha caracterizado precisamente por defender y exponer sus iniciativas apoyándose en un estilo faltón o desconsiderado. Con vehemencia y firmeza sí, pero -que recuerde- sin insultos y descalificaciones. Y con buen tono en las entrevistas en las que siempre respondió con educación y moderación, aunque las preguntas fuesen incómodas. Por ello, espero y deseo de Hernández una disculpa pública porque, al margen de que él crea que debió tener el derecho a replicar a la portavoz socialista, Susana Díaz, estoy seguro de que no se enorgullece de su comportamiento y no se reconocerá en el bochornoso episodio del que fue tristemente protagonista. Igualmente grave me parece que la presidenta del Parlamento Marta Bosquet no crea necesarias esas disculpas. Puede no sentirse ofendida personalmente, pero tiene el deber de defender y que respeten la presidencia de la cámara, que es el segundo cargo o autoridad de Andalucía más allá de la persona que lo ostente.


Resulta igualmente necesario respetar a los sindicatos, cuyo papel en la representación de los trabajadores y la defensa de sus derechos está blindado por la Constitución. El tiempo dirá si estamos ante episodios aislados o a una tendencia de la Junta de Andalucía que acumula en pocos días tres desencuentros con estos agentes sociales por la orden del SAS que prohíbe o limita los descansos de los sanitarios; por prescindir de UGT y CCOO en el Plan de ayudas a pymes, autónomos, hosteleros, etc… y por no facilitar el teletrabajo al que se comprometió, especialmente con CSIF, mientras perdure la pandemia.


Por último, sin pretender pecar de falso corporativismo, pido a políticos y a sus simpatizantes respeto a los periodistas que, como dije la pasada semana, no son militantes de nada ni de nadie, salvo de su labor de informar. Así que dejen de etiquetarnos e insultarnos cuando nuestro trabajo les incomoda. Y, entre todos los menosprecios, hay uno que no puedo soportar porque no puede ser más miserable y zafio: la ocurrencia estulta de decir que un periodista está vendido al poder o tal o cual partido porque sus informaciones no les favorecen. n

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