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Viernes 15/11/2024
 

Andalucía

Crueldad animal con 22 caballos y 4 perros "desnutridos y enfermos"

La Policía Nacional ha detenido a los propietarios --dos personas de 44 y 75 años de edad-- de los animales en una finca de Vélez Málaga

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La Policía Nacional ha detenido a los propietarios --dos personas de 44 y 75 años de edad-- de 22 caballos y cuatro perros que se encontraban "desnutridos, enfermos y en estado de abandono" en una finca de Vélez Málaga, por lo que se les atribuyen presuntos delitos de maltrato animal.

   Según ha informado la Policía en una nota este domingo, los animales han sido localizados, "desnutridos y confinados", en unas instalaciones "peligrosas que suponen una violación de la normativa de bienestar animal", y algunos de ellos han necesitado "intervención veterinaria urgente por la gravedad de las enfermedades que presentaban", y han sido entregados posteriormente a varias asociaciones y protectoras de animales.

   La investigación se inició cuando una asociación defensora de los animales alertó a los agentes de que, al parecer, varios caballos y perros se encontraban en situación de abandono y desnutrición grave en una finca situada en la zona de El Trapiche, de la localidad malagueña de Vélez Málaga. Los policías comprobaron estos hechos y confirmaron, apoyados en informes veterinarios, que en aquella propiedad se hallaban 22 caballos y cuatro perros "desprotegidos".

   Ante esta situación, los agentes detuvieron a los propietarios de los animales por su presunta responsabilidad en delitos de maltrato animal. Los canes, así como la finca en la que se localizaron, pertenecían al mayor de los detenidos, mientras que los equinos hallados eran propiedad del otro arrestado.

UN PONI "CON LESIONES INCURABLES"

   Según detalla la Policía, entre los 22 equinos de la finca se ha localizado un poni que tuvo que ser sacrificado al estar indicada la eutanasia por un veterinario, ya que presentaba "una lesión incurable en una de sus patas que le provocaban un sufrimiento continuo y que no podía ser paliado".

   Asimismo, se encontraron dos yeguas en un estado de salud "crítico", de forma que una de ellas presentaba una "delgadez extrema", así como heridas infectadas y úlceras en gran parte de su cuerpo, principalmente en patas y lomo, y la otra yegua mostraba también una lesión ensangrentada en una de sus patas.

   Los cuatro canes también fueron descubiertos en una situación de "abandono grave", indefensos y sin recibir los cuidados básicos --en especial en lo referente a la alimentación--, "poniendo así en peligro su vida e integridad física".

   Bajo la supervisión veterinaria, los perros han sido examinados uno a uno, según remarca la Policía, que revela que una hembra de raza bodeguera carecía de algunas piezas dentarias delanteras y tenía "grandes dificultades para caminar a cuatro patas". Los otros tres perros, de "delgadez" extrema, se encontraron cercados por escombros, dos de ellos amarrados sin posibilidad de salir de allí.

SIN VACUNAS NI CHIP IDENTIFICATIVO OBLIGATORIO

   Asimismo, ninguno de los canes intervenidos en la finca había sido vacunado, ni identificado individualmente mediante el chip electrónico normalizado, según la Policía, que aclara que la normativa marca el plazo máximo de tres meses desde su nacimiento para que dicho chip sea implantado por un veterinario en el animal, así como apunta que algunos de los equinos tampoco tenían dicho chip obligatorio.

   Asimismo, las instalaciones, --desde un punto de vista biosanitario--, eran "peligrosas para los animales y suponían una violación de la normativa de bienestar animal", según los expertos veterinarios.

   En una inspección sobre el terreno, los investigadores observaron escombros, chapas metálicas oxidadas y restos de alambrada de espino en el lugar donde permanecían confinados los equinos. Además, la explotación no contaba con permiso para tener estos animales.

   Con las investigaciones realizadas, los agentes constataron que otros dos perros habían sido recuperados de la finca por una asociación de protección animal en el mes de enero, al necesitar tratamiento veterinario urgente. Uno de ellos es Bobby, un can que presentaba una herida sangrante en el cuello --provocada por una cuerda que lo mantenía atado las 24 horas del día--, por lo que requirió 30 puntos de sutura en la zona del cuello. También tenía una grave enfermedad parasitaria.

   El segundo de los perros recuperados a principios de año es Negro,  un cruce de labrador, y fue hallado con las orejas amputadas y con una tibia fracturada. Negro tuvo que ser sometido a un tratamiento urgente para sanar dicha fractura y, además, tuvieron que extraerle los espolones por encontrarse en estado de putrefacción, según concluye la Policía.

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