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La entrada a la playa, a oscuras tras el robo de 1.500 metros de cable de cobre

La reparación le puede costar al Ayuntamiento en torno a los 5.000 euros y la zona afectada es de 500 metros desde la salina del Estanquillo hasta la rotonda de las Banderas.

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El acceso a la playa de Camposoto a través de la rotonda de las banderas se ha quedado a oscuras desde la pasada semana como consecuencia de un nuevo episodio de robo de cable de cobre en la ciudad.

En concreto, los cacos se han llevado 1.500 metros de cable de cobre correspondientes a las tres líneas que sirven para abastecer a las farolas de la zona comprendida entre la salina del Estanquillo y la rotonda de entrada a la playa. Un tramo de alrededor de 500 metros que se ha convertido en una auténtica boca de lobo y que no sólo afecta al acceso a la playa, sino también a varios negocios de hostelería situados en la zona.

La broma, por llamarlo de alguna manera, le va a costar al Ayuntamiento asumir una factura de entre 4.000 y 5.000 euros para restablecer el abastecimiento de luz a las farolas. Un dinero que saldrá de la Delegación de Vías y Obras, que tiene un presupuesto cerrado y que tendrá que destinar una partida que se iba a emplear en otras mejoras para que la situación recupere la normalidad.

El propio delegado de Vías y Obras, Pascual Junquera, mostraba su preocupación por este tipo de actos vandálicos que se vienen sucediendo con demasiada frecuencia en el último año. De hecho, el Ayuntamiento lleva invertidos en los últimos doce meses cerca de 40.000 euros como consecuencia de la continua extracción de cable de cobre del alumbrado público.

Llegados a este punto, Junquera pide a la ciudadanía que se implique y que denuncie de inmediato este tipo de prácticas, recordando que “ese dinero que ahora vamos a tener que poner de nuevo sale de todos los isleños”. Es más, el delegado afirma que en las últimas semanas y gracias a las llamadas de dos ciudadanos a la Policía Local se evitaron dos robos de similares características.

La venta del cobre
Y es que el robo de cable de cobre se ha convertido en una práctica habitual en todas las localidades, dadas las suculentas cifras que se llegan a pagar, que pueden rondar entre los seis y los siete euros el kilo, si el cable llega limpio, y alrededor de los dos euros si está sin pelar. Es decir que, según las propias estimaciones del propio Ayuntamiento, el autor o autores de este último robo de 1.500 metros se podría haber embolsado en torno a los 700 euros.

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