Rusia bloqueó ayer la prolongación de la misión de la OSCE en Georgia, donde ambas partes se enfrentaron en agosto pasado en una guerra por las regiones secesionistas de Abjasia y Osetia del Sur.
Rusia bloqueó ayer la prolongación de la misión de la OSCE en Georgia, donde ambas partes se enfrentaron en agosto pasado en una guerra por las regiones secesionistas de Abjasia y Osetia del Sur.
La presidencia finlandesa de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) anunció ayer que la misión en Georgia iniciará su proceso de clausura el primero de enero próximo.
“Lamento profundamente la situación. A pesar de la situación de hoy (por ayer), espero que las negociaciones sobre futuras actividades de la OSCE en Georgia puedan continuar el año próximo”, dijo en un comunicado el ministro de Exteriores finlandés, Alexander Stubb.
Helsinki había negociado durante meses con Moscú y Tiflis sobre la prolongación de esta misión, que cuenta con unos 200 profesionales, un tercio de ellos extranjeros y dos tercios locales.
La OSCE tiene estacionados en Georgia 28 observadores militares, enviados a la zona tras la guerra de agosto.
El resto del personal trabajan en ámbitos como la lucha antiterrorista, la resolución de conflictos, libertad de expresión, derechos humanos, entrenamiento de fuerzas policiales y democratización de procesos electorales, entre otros.
Moscú tiene actualmente estacionados más de 7.500 soldados en Osetia del Sur y también en la cercana región de Abjasia.
Ambas repúblicas se declararon independientes tras el conflicto armado de agosto y fueron reconocidas por Rusia, un paso que no ha sido seguido por ningún otro país miembro de la OSCE hasta ahora.
Pero es precisamente el reconocimiento ruso de esas dos repúblicas, lo que según Moscú hace imposible seguir adelante con el actual mandato de la misión de la OSCE.
Desde su establecimiento en 1992, el principal objetivo de la misión era fomentar las negociaciones entre Tiflis y las ahora independientes repúblicas de Abjasia y Osetia del Sur.
Finlandia propuso un acuerdo que preveía oficinas paralelas e independientes en Georgia y Osetia del Sur, dirigidas desde un centro de operaciones en Viena.
Esto fue rechazado por Rusia, al igual que la idea de prolongar durante tres meses el mandato de la misión con el objetivo de ganar más tiempo para las negociaciones.