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Dios Cuántico Interestelar. Pruebas de su existencia.

El niño le responde que pretende meter toda el agua del mar en el hoyo que ha hecho en la arena.

Publicado: 31/01/2024 ·
22:58
· Actualizado: 31/01/2024 · 23:17
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Autor

Rafael Fenoy

Rafael Fenoy se define entrado en años, aunque, a pesar de ello, no deja de estar sorprendido cada día

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En este blog se pretende compartir análisis, reflexión y algo de conocimiento contigo persona lectora

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El 22 de diciembre de 2023 un artículo publicado en Andalucía Información,  se hacía eco de una tendencia empeñada presentar descubrimientos científicos como pruebas de la existencia de Dios.  https://andaluciainformacion.es/ultima-columna/1472989/natividad-entre-la-fisica-cuantica-y-el-big-bang/. En los últimos tiempos ha ido en aumento el número de publicaciones que presentan los nuevos descubrimientos en cosmología como pruebas “científicas” de la existencia de Dios. Y precisamente el 28 de enero de 2024 en un programa dominical emitido por TVE2  “El día del señor” se emite un reportaje a uno de los autores del libro titulado Dios Ciencia “Dios - La ciencia - Las pruebas: El albor de una revolución”, que se presentó el 4 de octubre de 2023, y cuyos autores son Michel-Yves Bolloré (Autor), Olivier Bonnassies (Autor), y tres colaboradores más, prologado por el premio nobel de física Robert W. Wilson. Cabe preguntarse por el interés de la Iglesia católica en difundir este libro. ¿Le hace falta a la Iglesia que se obtengan pruebas de la existencia de Dios? ¿No es este asunto materia de FE? ¿Puede el materialismo racionalista siquiera acercarse a la trascendencia? La publicidad que acompaña la campaña de difusión dice: “En este libro se revelan, al cabo de tres años de trabajo en colaboración con unos veinte científicos y especialistas de alto nivel, las pruebas modernas de la existencia de Dios.” Nada más y nada menos. Si la Iglesia Católica, o cualquier otra, ayuda a extender la creencia de que es posible mediante la Ciencia probar la existencia de Dios, ¿podría equivocarse? ¿Qué le ocurrirá a la Iglesia si la Ciencia es capaz de acercarse al misterio de Dios?  Mientras Dios sea un misterio tendrá larga vida la Iglesia, ya que ella misma se autodefine como la mediadora entre Dios y la humanidad. Ella se erigió hace 2000 años en la guardiana de la FE y esto le permite definir en cada momento la voluntad de Dios para que la humanidad la lleve a cabo. Ella dice ser la interprete, en exclusiva, del Plan de Dios y por tanto sólo ella puede acercarse al misterio con garantías, ya que Dios es quien la guía para ello. Un sector de la jerarquía eclesial no se encuentra en esa posición, que es mantenida porque en materia teológica la dialéctica es una constante Y a pesar del dogma siempre hay hueco para interpretaciones, porque de la trascendencia se trata y ya se sabe que si controversias existen en los terrenos de la inteligencia, cuanto más en el infinito campo de lo trascendente.  Y sigue la cuña publicitaria “vendiendo” las excelencias del libro, ya que de vender se trata: “Durante cerca de cuatro siglos, … los descubrimientos científicos se acumularon de manera espectacular, dando la impresión de que era posible explicar el Universo sin la necesidad de recurrir a un dios creador”. Y evidentemente sin invocar a la divinidad las mentes más preclaras de la humanidad producían conocimiento. La historia de la Iglesia es ilustrativa de listas de libros científicos prohibidos, innumerables quemas, no sólo de ellos, sino de sus autores cuando se les echaba el guante.  “Herejes” los llamaban y si además tenían FE, peor aún los trataban. Porque la jerarquía imponía aquello de que  “Fuera de la Iglesia no hay salvación”. Una historia eclesial nada reconfortante, llena de asesinatos en nombre de Dios. Pero la historia se disfraza a capricho de quienes comercian con la FE y ahora en la publicidad de este libro se cuenta lo siguiente: “Fue así como a principios del siglo xx se asistió al triunfo intelectual del materialismo. De manera tan imprevista como sorprendente, el péndulo de la ciencia se puso en movimiento en sentido inverso, con una fuerza increíble.”  Reconocer que el “Péndulo de la Ciencia se puso en movimiento” ya es reconocer que estaba, más que quieto, secuestrado por el dogma. Afirmar que ese movimiento fue “en sentido inverso”  es reconocer que de hecho la Ciencia sólo podía moverse en el sentido de afirmar la existencia de Dios, nunca contradecir las sagradas escrituras que eran, y en cierta forma siguen siendo, interpretadas literalmente. Y por ello cuesta soslayar las innumerables contradicciones que ellas contienen. Tacha la publicidad de este libro al racionalismo de “irracionalidad” al pretender comprender el mundo material, sin que sea precisa la presencia de la FE. Y termina la breve reseña publicitaria con lo siguiente: “En los albores del siglo xx, creer en un dios creador parecía oponerse a la ciencia. ¿No sería hoy todo lo contrario? Una invitación a la reflexión y al debate.”  Pues si a debatir invitan, mejor reflexionemos. Sería bueno que la Iglesia, antes de difundir este tipo de enfoques, aplique inteligentemente la tradición, porque de lo contrario navegará por el filo de la navaja.  Esta navaja es la de Ockham.  Simplificar es en este asunto de suma importancia. Y nada mejor que bucear en la tradición para rescatar un relato medievalista. Paseaba San Agustín por una playa intentando comprender nada menos que el Misterio de la Trinidad. En eso que ve a un niño que juega en la arena, hace un hoyo en ella y con una concha se dirige al agua, coge la que en ella cabe y se dirige al hoyo para verterla. Este vaivén el niño lo repite una y otra vez. La curiosidad lleva a San Agustín a acercarse y preguntarle por esta insistente tarea. El niño le responde que pretende meter toda el agua del mar en el hoyo que ha hecho en la arena. San Agustín con una cariñosa sonrisa le responde que eso es imposible. Entonces el niño le contesta: "Más imposible es tratar de comprender en tu mente pequeña el misterio de Dios".

Los nuevos profetas del racionalismo religioso precisamente acabarán sepultando la magia de la doctrina a fuerza de pretender poner al alcance de las mentes la quimérica existencia de la divinidad. Que quien crea en la existencia de la divinidad siga con ella, siempre que no perjudique a sus semejantes, y menos aún pretenda imponerles esa creencia. Porque la fe no sólo es patrimonio de las religiones. Creyentes, en un mundo nuevo fraternal, por millones viven a diario esa fe. Porque, ¿Que es sino la Utopía? Por otro lado bien haría en pensar,  quienes desde la Iglesia difunden estas pretensiones de probar “científicamente” la existencia de Dios, en el diablo. Que el “diablo”, según la propia iglesia existe. Y que, además de tentar a Adán y Eva para que comieran el “fruto del conocimiento”, se atrevió nada menos que con el mismismo Jesús de Nazaret en el desierto  (En Mateo 4:1-11, Marcos 1:12-13 y Lucas 4:1-13). ¿No serán estas pruebas científicas de la existencia de Dios una nueva tentación?

Fdo Rafael Fenoy Rico

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