Es una de las misiones que tienen las fuerzas de seguridad, velar por la vida de las personas, su seguridad y si es necesario salvar sus vidas. Este es el caso de Carlos, quizá uno de tantos agentes de la Policía que de manera anónima cada día no duda en hacer todo lo necesario por […]
Es una de las misiones que tienen las fuerzas de seguridad, velar
por la vida de las personas, su seguridad y si es necesario salvar sus vidas.
Este es el caso de Carlos, quizá uno de tantos agentes de la
Policía que de manera anónima cada día no duda en hacer todo lo necesario por
salvar la vida de alguien y aún con más empeño si cabe, si se trata de un
menor.
El digital El Confidencial Autonómico, ha publicado que la Dirección General de la Policía ha propuesto al agente perteneciente al cuerpo de laFrontera Marítima de Tarifacomo próximo receptor de la medalla de la Asociación Santo Ángel de la Policía. Se trata de un agente que, “fuera de servicio”, salvó la vida a una niña de cuatro años que se estaba atragantando.
Los hechos ocurrieron el 5 de junio, como ha corroborado a Radio La Isla el director del Colegio Raimundo Rivero, Rafael González Romero, cuando Carlos, fue a recoger a su hija al CEIP Reina de la Paz. El agente vio, en el colegio de al lado, el Raimundo Rivero, a un grupo de personas alrededor de una niña de entre 6 y 7 años de edad, boca abajo y dando arcadas, “al parecer, por un posible atragantamiento de un objeto extraño en su interior”.
Según pudo conocer el agente fuera de servicio Carlos, ésta se
había atragantado con una golosina. El agente se dispuso a realizar la maniobra de Heimlich, mientras
notaba que “sus síntomas de agotamiento y agonía se intensificaban conforme
pasaban los segundos sin poder respirar”.
Carlos, ya había pedido a los presentes que llamasen a una
ambulancia, pero la fortuna hizo que aprovechara un momento en que la menor
hizo un ademán de vomitar para volver a presionar sobre su abdomen y, así,
expulsar el objeto extraño al exterior.
Una vez expulsada la chuchería, apareció el padre de la menor,
quien agradeció al voluntario “sin saber de qué manera agradecer lo que había
hecho por su hija”. La rapidez de la situación hizo que no fuera necesaria la
asistencia sanitaria ni presencia de ningún Cuerpo Policial. Sin embargo, el
agente indicó al padre que llevase a su hija a un centro médico para que fuese
asistida para comprobar que la menor no hubiese padecido alguna otra
complicación al respecto.
Este hecho ha motivado que la dirección del colegio Raimundo Rivero, traslade no sólo la gratitud del padre, sino de toda la comunidad educativa por la rápida intervención y su valentía. Lo detalla a Radio La Isla el director del colegio Rafael González Romero.