Tranquilos, por favor, que no os voy a hablar de música. Sí, ya sé que me he puesto un poco pesado con el temita en los catorce artículos anteriores de mi sección "El arpa de Dorotea" pero hoy, viendo todo lo que ha pasado a causa del coronavirus, creo que es importante escribir de cómo gestionar nuestra salud y bienestar para no volver a colapsar las urgencias del hospital o los centros de salud por simples dolencias que podemos aliviar sin salir de casa. En este sentido, resulta que, hace unos meses, leí una publicación sobre un estudio realizado por el prestigioso profesor de psicología Arthur Aron en el que ha quedado demostrado que mirar las fotografías del ser amado reduce cualquier dolor en un 44%. Esa sencilla acción es un analgésico más potente que el paracetamol porque, al hacerla, se ilumina la misma zona del cerebro que la que se activa con los diferentes fármacos usados al respecto. Así, sabiendo esto, no estaría de más que guardarais las fotos de la persona que amáis en el botiquín de vuestro hogar.
A propósito, "Hogar" es el quinto y último LP lanzado el pasado 29 de octubre por los siempre sorprendentes "Izal". Un reciente trabajo grabado a caballo entre Mallorca, Madrid y Londres que, siguiendo con el asunto de las medicinas alternativas, debería venderse también en las farmacias y parafarmacias en virtud de su alto valor terapéutico y curativo. Curiosamente, el diseño de este disco simula un álbum de recuerdos fotográficos de los de toda la vida y el segundo single que adelantaron se llama "fotografías". Un tema genuino y autobiográfico que levanta los ánimos y, sobre una melodía casi rapera, el grupo recorre, describe y agradece su exitosa trayectoria. Gracias a estas pistas, ya podéis imaginar que se trata del "larga duración" más íntimo de Izal. Casi 40 minutos de diez geniales cortes acotados por un amanecer y un ocaso que ellos han denominado "Tramontanas". Un LP de fotografías sonoras con inspiradísimos textos que comienza suave y tentando la suerte de cantautor con la reflexiva "Meiuqèr" y que, hablando de salud, supone una inyección para despertar del coma a vuestro espíritu. Tras esa preciosa primera dosis, el electrocardiograma que comprobará que todo va bien en vuestro corazón no es otro que el tema de arreglos electrónicos llamado "Inercia".
"Hogar" es un álbum valiente que investiga diferentes estilos y sonidos dentro del indie, el rock o la música urbana sin perder su esencia izalera. El resultado es una nueva obra de arte en la que, junto a las ya referidas canciones, tengo que destacar la potente y nostálgica "He vuelto", la sarcástica "Jóvenes perfect@s", la misteriosa y poética "Telepatía", la experimental y multimelódica "Dobles" o la emotiva y sentimental homónima al disco. Como sabéis, Mikel Izal es el creativo y carismático vocalista que lidera esta súper banda que se completa con Alejandro Jordá a la batería, Emanuel Pérez "Gato" al bajo, Iván Mella a los teclados y Alberto Pérez a las guitarras. Todos ellos son los responsables de un gran trabajo discográfico que, debido a su poder medicinal, balsámico y reconstructivo, es altamente recomendable para vuestro propio bienestar e imposible de obviar o eludir en un artículo, como este, sobre salud doméstica. Además, "Hogar" es un disco idóneo para aquellos que saben con exactitud cuál es la edad del sol porque son expertos en soledades y, al mismo tiempo, también es perfecto para escucharlo en la grata compañía de los amigos mientras compartimos unas cervezas, brindamos, nos reímos y charlamos de la vida, de nuestras cosas y... tranquilos, por favor, que no os voy a hablar de música.