La empresa, Hohhot Kekao Mining, dañó alrededor de 100 metros del monumento más conocido de China con dos agujeros de cinco metros de profundidad, ocupando un área de unos 300 metros cuadrados, a la altura de la localidad de Pogendi.
El responsable del departamento de patrimonio cultural regional, Wang Dafang, aseguró que el daño a la muralla era “irreparable” y recordó que la compañía había sido advertida en cinco ocasiones para que detuviera sus operaciones “pero continuó su vandalismo”.