Los escritores Care Santos Torres y Antonio García Llorca han sido galardonados con los Premios de literatura infantil y juvenil Barco de Vapor y Gran Angular 2009, dados a conocer la noche del pasado martes por la Fundación SM.
Las obras por las que han sido premiados son Se vende mamá, de la escritora Care Santos Torres, y El Salvaje, de Antonio García Llorca.
Además, en la gala celebrada en la Real Casa de Correos de la Comunidad de Madrid, en la que se hizo entrega de los galardones, se entregó asimismo el Premio Internacional de Ilustración, fallado el pasado 4 de marzo, que ha sido otorgado en esta edición al ilustrador David Peña por el carácter “transgresor y tierno” de su obra ¡Ñam¡.
Care Santos Torres aseguró ayer que aunque Se vende mamá es un libro fundamentalmente para niños, “la buena literatura no tiene edad”.
A la autora se le hace “extraño” haber recibido este galardón por un libro dirigido a niños a partir de 8 años de edad cuando sus lectores naturales son los adolescentes, “un colectivo que no le gusta a nadie”.
Por su parte, Antonio García Llorca confesó ayer que desde que supo que era finalista ha sufrido “taquicardias” todos los días hasta saber que era ganador.
Care Santos narra en Se vende mamá la historia de un niño que tiene un hermanito y, ante lo poco que le gusta la idea, decide poner a la venta a su madre. Un libro cuyo mensaje, según su autora, es que las madres normalmente no son lo que sus hijos esperan de ellas sino lo que, por responsabilidad, deben de ser.
La escritora precisó que desde hace unos años ha empezado a escribir literatura infantil, “un género con el que me atrevo desde que tengo la casa llena de niños que me inspiran mucho”.
El jurado del premio seleccionó Se vende mamá, que se publicará el próximo mes de mayo, entre los 318 trabajos que optaban al mismo, por tratarse de una historia “llena de ternura y encanto que interpela tanto a hijos como a padres”.
GRAN ANGULAR 2009
Por su parte, Antonio García Llorca ha asegurado que El Salvaje es “como si se hubiera hecho solo” y ha precisado que la historia responde a un hecho real que narra las peripecias de un niño de 8 años, en un contexto de postguerra, que es obligado a ejercer de pastor durante diez años sin tener prácticamente contacto con la civilización.
Su autor, que ha explicado que lo terminó “poco antes de enviarlo al premió”, ha añadido que “su protagonista puede estar cercano al Mogli de El Libro de la Selva, un “referente” en su vida, y ha destacado el hecho de que aunque normalmente “no escribo en castellano”, la experiencia de hacerlo ha sido “sensacional”.
De El Salvaje, seleccionada entre 203 obras participantes, el jurado destacó la “gran brillantez” de su lenguaje y su “dimensión épica”.
El tercer galardonado la noche del martes, David Peña, ha puesto de manifiesto su carácter transgresor, reflejado en la obra premiada ¡Ñam¡ con su teoría de que “hay que destruirlo todo para luego construirlo otra vez”, tal y como pretende hacer el monstruo protagonista de su obra.
Se ha mostrado sorprendido por ganar el Premio Internacional de Ilustración con una obra que, según sus propias palabras, “roza lo amoral políticamente”, realizada de forma digital, motivo por el cual ha señalado que siempre se ha sentido “un ilustrador farsante”.
El jurado ha visto en ¡Ñam¡, seleccionada entre 208 originales, un estilo “que rompe la frialdad de la máquina gracias a una perfecta integración entre lo digital y los medios plásticos tradicionales”.
Los Premios Barco de Vapor y Gran Angular están dotados con 50.000 euros cada uno de ellos, mientras que el ganador del Internacional de Ilustración recibe 12.000 euros.