Un volumen que incluye anotaciones y fotografías recopiladas durante 30 años.
Monumental, descabellado y por el resultado final, imposible. Es Napoléon, el proyecto fallido de Stanley Kubrick, del que ahora se pueden conocer todos los detalles en un enorme volumen que incluye cuadernos, anotaciones o fotografías recopiladas por el director de cine durante más de 30 años.
Varios kilos de peso para una obra con más de 15.000 imágenes de todos los elementos que Kubrick atesoró con la intención de poner en marcha un faraónico proyecto que hubiera tenido una duración de tres horas, un presupuesto de 5,2 millones de dólares (unos 100 millones actuales) y que iba a ser rodado en Reino Unido, Francia y Rumanía.
Todo ello en una nueva edición de Stanley's Kubrick's Napoleon: The Greatest Movie Never Made, una recopilación de todos los documentos de Kubrick relacionados con su proyecto de Napoléon que ya fueron editados por Taschen hace dos años en un formato diferente, en diez pequeños libros.
Fueron apenas 2.000 ejemplares –a un precio de 450 libras– que en aquel momento se agotaron en sólo unos días, razón que ha llevado ahora a Taschen a reeditarlo.
En esta ocasión en un único volumen, de 1.100 páginas, con una tirada de 2.000 ejemplares por país y a un precio de 44,99 libras en Reino Unido, 49,99 euros en España y 69 dólares en América.
Disponible esta semana en las librerías españolas y desde mediados de junio en las latinoamericanas, es un libro surgido de muchos amores y obsesiones, como afirma la editora Alison Castle en el prefacio. El de Napoleón por Josefina, el de Kubrick por la historia de Napoleón y el de la editorial por el realizador neoyorquino.
La obsesión de Napoleón Bonaparte por la que fuera su primera esposa, Josefina de Beauharnais, es bien conocida.
La de Kubrick por la figura de Napoleón comenzó en 1967, cuando comenzó a acumular información con el objetivo de realizar el que iba a ser su mayor proyecto cinematográfico, que se debía rodar justo después de 2001, una Odisea del espacio, con David Hemmings como Napoleón y la delicada Audrey Hepburn como Josefina.
Pero se cruzó en su camino La naranja mecánica. Lo que, unido a los problemas que estaba encontrando para lograr financiación para su historia napoleónica, le hicieron posponer por primera vez un proyecto que sería retrasado mil veces más y que se quedaría para siempre en la mente del cineasta.
Más de 30 años de búsqueda y preparación que ha analizado Alison Castle, quien en 2002 comenzó a estudiar los archivos personales del cineasta, que publicó en 2005 con un capítulo dedicado al proyecto de Napoleón. Pero consideró que no era suficiente para contar todo lo que Kubrick había hecho durante 32 años para tratar de poner en pie el film.
Y es que estaba convencido de que Napoleón era el hombre más interesante que jamás había pisado la tierra y por ello quería dedicar todo su ingenio a hacer sobre su figura la mejor película de la historia.