La Corporación Municipal ha otorgado la medalla de oro de la villa de Puente Genil a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, poniendo de esta forma el punto y final a la tramitación del expediente iniciado hace un par de meses a partir de una solicitud cursada por la propia Cofradía, y avalada por más de tres mil firmas, en la que pedía al Consistorio la concesión de dicha distinción así como el nombramiento de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Patrón de Puente Genil, como alcalde perpetuo de la villa, título que comparte con la Patrona, la Purísima Concepción.
Entre los motivos esgrimidos para la concesión de la medalla de oro, subyace el hecho de que “la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno es la representación más simbólica y de más hondo fervor de la fe en Cristo del pueblo de Puente Genil como es constatable por las multitudinarias expresiones que los pontaneses hacen en todos los actos de carácter público, pero también, en el permanente culto que de forma privada se manifiesta en la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno a lo largo de todo el año por parte de una numerosísima cantidad de pontaneses, que continúan acrecentando la devoción que se le profesa a Nuestro Padre Jesús Nazareno, El Terrible, desde hace más de cuatrocientos años, aglutinando el sentir de nuestro pueblo y abanderando nuestras más singulares tradiciones”. Asimismo, se considera que la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno “es un símbolo de cohesión por encima de ideologías, clases sociales o cualquier otro factor de división, habiendo quedado ello demostrado a lo largo de generaciones de pontanos y en cuantas vicisitudes y avatares históricos se ha visto inmerso nuestro pueblo a lo largo de la historia, desde finales del siglo XVI.”.
Por otra parte, cabe recordar que el próximo domingo 17 de marzo, a partir de las 12,00 horas, en la Ermita de Jesús Nazareno, tendrá lugar la Solemne Imposición del Bastón de Mando al “Terrible” en atención a su reconocimiento como alcalde perpetuo de la localidad, un acto que contará con la presencia del Obispo Emérito de Málaga, Monseñor D. Antonio Dorado Soto.