Los restos mortales del periodista José Manuel Oneto Revuelta recibieron sepultura pasadas las cinco de la tarde de ayer en el cementerio municipal de San Fernando, la tierra en la que nació hace 77 años.
El periodista, uno de los referentes de la profesión en España por su calidad literaria pero sobre todo por su exquisita imparcialidad en sus escritos, ha estado y estará considerado como uno de los grandes maestros que contaron uno de los episodios más importantes de la Historia de España, el periodo de la Transición.
Compañeros de profesión como Miguel Ángel Aguilar, que coincidió con él en varias redacciones u otros más jóvenes que lo han tenido como maestro, casos de Juan José Téllez y Fernando Santiago, alabaron las virtudes de un periodista de raza al que era difícil calificar políticamente en sus escritos, tal era su objetividad. Para Téllez, además, fue un ejemplo de periodista responsable habida cuenta de los momentos que narró a través de su voz y su pluma, precisamente los que pedían voces sosegadas y consistentes y un periodismo de altura.
Rafael Román, ex presidente de la Diputación de Cádiz, lo calificó como un periodista de raza y honesto a pesar de que entre periodistas y políticos siempre ha habido una relació de amor y odio, algo que con Oneto no sintió nunca.
Más testimonios
El presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, también asistió al funeral de Pepe Oneto al que calificó como “un gra amigo” y una persona íntegra, mientras que el catedrático de cirugía y cardiólogo José Manuel Revuelta Soba, primo de Oneto, hablaba de su gran corazón como persona “y de corazón entiendo algo”.
