Algo más de un mes es lo que queda para que el tiempo dado por Costas para llevar adelante los derribos de las casetas de los pescadores de la Casería se cumpla. Al menos en cuanto a los apercibimientos judiciales recibidos por el colectivo que sigue con enorme preocupación este hecho y del que de momento nada hay claro si existirá finalmente una moratoria por la Administración estatal o aplicará en tiempo y forma la decisión adoptada de ejecutar todos los derribos para la reposición del terreno.
Los pescadores que incluso algunos han comenzado a desmontar los elementos que tenían en sus casetas, se consideran los más indefensos en toda esta situación dado que los establecimientos hosteleros están pendientes de resoluciones judiciales, caso de Casa Muriel, o la concesión administrativa otorgada desde la Junta al Bartolo. Así lo detalla a Radio La Isla el portavoz de los vecinos y pescadores José María Domínguez.
Por el momento al desconcierto personal de los pescadores tradicionales por su situación, se les suma la ausencia de un plan de reubicación, limitado tan sólo a conversaciones con el Ayuntamiento y sin que se haya concretado donde y como quedarán tras el derribo para seguir manteniendo su actividad económica, asegura a Radio La Isla el portavoz José María Domínguez, añadiendo que en la gran mayoría de los afectados la pesca tradicional es su único sustento que poseen.
Se da la circunstancias que sólo algunos de los afectados han optado como solución buscar alquileres de garajes en la zona para guardar sus pertenencias mientras no exista un plan para ser reubicados. Por esta situación, el colectivo pide de una parte claridad para con el colectivo y soluciones ante un derribo que dan por hecho.
Tanto los vecinos de la zona como los afectados por la decisión de Costas de regenerar la zona de playa a su estado original, tienen asumido que todas las intenciones que hablan de seguir luchando por una declaración de “interés general” de la Casería, no tiene recorrido alguno.
