De poco parecen haber servido las duras críticas que la Fiscalía lanzó durante los dos últimos días de la vista para desmontar los alegatos de la defensa al fallo del pasado marzo, que daba luz verde a la extradición del etarra.
El fiscal Stephen Ritchie calificó ayer de “chantaje” la postura de De Juana, mientras que volvió a denunciar la “falta de confianza y de respeto” de la defensa al sugerir que el caso de extradición presentado por las autoridades judiciales españolas es “inmensamente desproporcionado e inhumano” y cuyo único objetivo es compensar la reducción de pena del ex preso.
Después de escuchar los argumentos de la defensa y la Fiscalía, el juez Thomas Burgess deberá decidir en las próximas semanas si ratifica su sentencia del pasado 10 de marzo. Aunque en principio el fallo debía haberse producido en una o dos semanas, el proceso podría alargarse ahora más si el magistrado decide solicitar más información a las autoridades españolas para aclarar ciertos aspectos del caso.