Tres policías han muerto este sábado en un ataque en la ciudad de Benghazi, en el este de Libia, un día después de que el Ejército libio prometiera restaurar el orden en esta localidad, golpeada por los atentados y ataques contra funcionarios y miembros de las fuerzas de seguridad.
Dos agentes de una patrulla policial de Benghazi han fallecido tiroteados por un grupo de hombres armados cuando se dirigían hacia la comisaría, según una fuente de seguridad. Los atacantes han huido.
En un altercado distinto ha muerto el director de un tribunal de la ciudad de Derna, al este de Benghazi, al estallar una bomba que estaba adosada a su vehículo, según ha confirmado otra fuente de seguridad.
La mayoría de las sedes diplomáticas en Benghazi han cerrado a raíz de la ola de violencia que golpea la zona y muchas aerolíneas extranjeras han dejado de volar hacia esta ciudad del este de Libia.
Los ataques y atentados se han cebado contra objetivos del Gobierno libio y las infraestructuras petrolíferas del país, claves para la economía nacional. Las ofensivas provocaron durante el verano un descenso acusado de la producción de petróleo, lo que derivó en un repunte del barril de Brent, alentado también por la guerra en Siria.
La inestabilidad política se ha visto menoscabada por la violencia insuflada por las milicias regionales que actúan sin control desde la caída de Muamar Gadafi en octubre de 2011.