La ciudad septentrional china de Tianjin anuncia que efectuará pruebas a sus casi 14 millones de habitantes después de detectar al menos dos contagios locales
La ciudad septentrional china de Tianjin anunció hoy que efectuará pruebas a sus casi 14 millones de habitantes después de detectar al menos dos contagios locales de la variante ómicron del coronavirus, los primeros que se registran en la parte continental del país asiático.
Las autoridades locales indicaron que ambos casos están relacionados, y son parte de los últimos 20 contagios locales detectados en la ciudad, todos en un mismo distrito, por lo que es probable que se detecten más a través de las anunciadas pruebas.
Tianjin ya había sido la primera ciudad china en registrar un caso de ómicron a mediados de diciembre, aunque en aquel caso se trató de uno "importado" -es decir, llegado desde el extranjero-, a diferencia de la situación actual, en la que los contagiados no habían salido de la ciudad en las dos últimas semanas.
Las pruebas masivas comenzaron hoy a las 07.00 hora local (23.00 GMT) y se espera completarlas en unas 24 horas.
La urbe, situada a algo más de 100 kilómetros de Pekín, ha confinado 29 zonas residenciales, ha cerrado parcialmente dos líneas de metro y ha cancelado al menos 144 vuelos en el aeropuerto de Binhai.
El reputado epidemiólogo Zhang Wenhong, citado hoy por el diario oficial Global Times, rechazó que la variante ómicron sea considerada menos virulenta que otras mutaciones y afirmó que el mundo solo debería "reabrir" -China mantiene sus fronteras prácticamente selladas desde marzo de 2020- cuando se haya construido una "barrera inmunológica fuerte" y las tasas de mortalidad de la covid sean "muy bajas".
Esta semana, el jefe del equipo nacional de expertos médicos contra la covid, Zhong Nanshan, consideró que el país ya ha alcanzado la "inmunidad de rebaño" después de que más de un 83 % de la población ya haya recibido la pauta completa de vacunación.
Las autoridades chinas siguen apostando por una política de tolerancia cero contra el coronavirus, lo que mantiene al país prácticamente aislado del exterior desde hace casi dos años pero le ha permitido sostener un nivel muy bajo de contagios comparado con el de otros países al reaccionar con test masivos y confinamientos ante cualquier rebrote, por pequeño que sea.
La nación asiática ha comenzado 2022 en alerta debido a los diversos brotes detectados desde mediados de octubre del año pasado, que han dejado más de 7.000 casos -cerca de 5.000 de ellos, por contagio local- aunque ningún fallecimiento.
Este año será clave para el país, ya que celebra los Juegos Olímpicos de Invierno a partir de febrero en Pekín y, en octubre, un importante congreso político del Partido Comunista de China (PCCh) que solo se celebra cada cinco años y en el que su líder, Xi Jinping, aspira a un nuevo mandato.