Purificación Molina Flores, de 53 años, ha sido desahuciada de su casa a las 11.00 horas de este martes, tras casi ocho años viviendo con uno de sus hijos en un pequeño inmueble de la calle Albahaca. Entre llantos, nerviosismo y momentos de tensión, han tenido que abandonar la vivienda y sacar todas sus pertenencias.
Esta rondeña asegura que ha sido víctima de un engaño por parte de las personas que le vendieron la casa. Según ha explicado, la familia con la que hizo la gestión no era la propietaria del inmueble pero ella no lo sabía. Ha sido ahora, después de que el verdadero dueño la haya reclamado, cuando se ha enterado.
“Yo vivía por aquí también y esta familia, que ya llevaba en esta casa por lo menos tres años, me la ofrecieron muy baratita, y la compré. Le hice reformas y no tuve ningún problema. Hasta que recibí la carta y fuimos a juicio”, explica. Purificación afirma que no ha vuelto a saber nada de los presuntos estafadores ni conoce en persona al verdadero propietario, el cual participó en el juicio a través de videollamada.
Sin embargo, esta rondeña ha manifestado en varias ocasiones su deseo de poder hablar con él y llegar a un acuerdo, bien de venta o de alquiler, porque no quiere hacer nada ilegal: “Si me tengo que ir, me voy. Pero que me den un techo porque ni en el Ayuntamiento ni en Asuntos Sociales me hacen caso, y yo no quiero vivir de okupa”, ha denunciado.
En este sentido, Purificación ha explicado que está operada de corazón y que también tiene afectado un pulmón, por lo que no puede trabajar. Sus únicos ingresos económicos, dice, son una pequeña pensión por la enfermedad y lo que cobra su hijo por peonadas o trabajos temporales.
Ahora tendrá que pasar unos días en casa de unos familiares pero su cuñada, Isabel, asegura que harán todo lo posible para que Purificación y su hijo pueden ejercer su derecho a tener una vivienda digna.