Tres días han pasado desde que el incendio de Sierra Bermeja se diera por controlado y comenzaran las labores para el remate y liquidación de un incendio que ha afectado a casi 10.000 hectáreas de varios municipios malagueños, obligó al desalojo de más de 2.600 personas y se cobró la vida de un bombero del Infoca.
En la zona afectada continúan este viernes cerca de 40 efectivos realizando trabajos de vigilancia sobre el terreno y labores para asegurar la zona y dar el incendio por extinguido. En concreto, hay desplegados 32 bomberos forestales, dos agentes de medio ambiente y dos autobombas, han precisado desde el Plan Infoca.
Estas labores suceden a las de la madrugada, donde han trabajado 50 bomberos forestales, dos agentes de medio ambiente y cuatro autobombas. Con el nivel 0 y el repliegue de los medios de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y de otras comunidades autónomas, son los bomberos y efectivos del Plan Infoca quienes siguen en las tareas de remate de los puntos calientes.
Las previsiones meteorológicas para este viernes y el fin de semana reflejan una subida de las temperaturas, por lo que desde Infoca piden extremar la precaución. También recuerdan la importancia de no circular por la zona afectada por el incendio para evitar perjudicar el terreno dañado por las llamas y dejar que avancen las labores de investigación.
La presión turística: Una de las causas de la virulencia del fuego, según un experto
El abandono del monte, la presión del turismo o la falta de medidas preventivas son causas que explican la virulencia del incendio forestal de Sierra Bermeja, según el análisis del catedrático de Geografía Física de la Universidad de Granada (UGR) José Gómez Zotano, uno de los mayores expertos del país en este paraje.
Según ha informado la UGR en una nota, Gómez Zotano señala que los incendios de Sierra Bermeja "no son nada nuevo", ya que desde 1950 se han producido un total de 29, lo que supone un promedio de un gran incendio forestal cada 4,27 años
Numerosos factores explican la virulencia del incendio forestal de Sierra Bermeja y gran parte de ellos se derivan de la falta de medidas de prevención y del abandono que sufre este paraje, según detallan múltiples estudios realizados desde hace años por Gómez Zotano, que resume lo sucedido con la siguiente frase: "Abandono de sexta generación, incendio de sexta generación".
En su análisis, el profesor de la UGR apunta a importantes implicaciones económicas y sociales en el origen de estos desastres. "La evolución creciente de los incendios forestales refleja con claridad la existencia de conflictos y tensiones de diversos órdenes en Sierra Bermeja: marginalidad social de los pueblos colindantes, precariedad económica de los aprovechamientos, problemas asociados a la titularidad-propiedad de los montes, despoblación de áreas rurales, sobrepresión por turismo, abandono de fincas, quemas agrícolas, cambios de uso del suelo, tráfico de drogas, especulación urbanística y recalificaciones de suelos no urbanizables, son hechos que se traducen en la aparición frecuente de incendios, la mayoría de ellos intencionados", ha detallado el geógrafo.
Teniendo en cuenta esta compleja conflictividad socioterritorial, la dinámica incendiaria iniciada en los años sesenta del siglo XX da respuesta a las tensiones generadas en el turístico litoral costasoleño y en el agrícola valle del Genal.
En sus estudios, Gómez Zotano expone que, desde mediados del siglo XX, los usos tradicionales del monte se han abandonado, convirtiéndose esta montaña en el traspaís de la urbanizada Costa del Sol Occidental.
El inicio del turismo coincidió con el declive de los aprovechamientos forestales tradicionales en general y del pino resinero en particular (madera y resina), lo que generó importantes cambios paisajísticos y territoriales. "Ante la falta de precios y mercados para los productos forestales, estos bosques tendieron a ser abandonados, lo que se tradujo en un factor de riesgo ambiental al generarse una excesiva densificación de la vegetación y una abundante acumulación de materia orgánica de fácil combustión que, además, servía como reserva de enfermedades y plagas", ha subrayado el investigador.
Este abandono de las explotaciones, por tanto, "repercutió negativamente" sobre la frecuencia, extensión e intensidad de los incendios forestales, produciéndose un aumento alarmante de los mismos a partir de la segunda mitad del siglo XX.
Causar un incendio forestal está penado con hasta 20 años de cárcel y multa
Provocar un incendio forestal está castigado con una pena de cárcel de entre 10 y 20 años, una multa económica a pagar de 12 a 24 meses y responsabilidad civil por daños y perjuicios y está regulado en el artículo 341 del Código Penal.
El abogado y profesor de Derecho Penal en la Universidad de Málaga José Luis Rodríguez ha señalado este viernes a Efe que esta sería la condena si el incendio de Sierra Bermeja ha sido doloso (provocado) y que "está claro" que se ha puesto en peligro la vida de las personas.
Rodríguez ha explicado que la pena de prisión puede ser de 10 a 20 años en función del riesgo para la vida e integridad de las personas, que, en este caso, "dada la gravedad e intensidad, el juez puede optar por el margen superior", porque "hay muchas vidas que se han puesto en peligro".
También lleva aparejada una sanción, una pena de multa de 12 a 24 meses que depende de la gravedad del hecho y a razón de la cuantía que el juez estime competente -entre 10 y 100 euros al día- en función de la capacidad económica del reo.
A eso se le suma la indemnización por daños y perjuicios de la responsabilidad civil, es decir, los daños que haya ocasionado al dominio público, los bienes individuales y los costes que haya tenido la Administración en cuanto a la extinción del incendio.
Para el abogado, "es más discutible" imputar de homicidio imprudente por el fallecimiento del bombero, porque este "está asumiendo unos riesgos como consecuencia del compromiso que tiene con su trabajo" y no es un visitante que estuviera por la zona, sino que por su labor se sitúa en zona de riesgo.
Ha añadido que, si el fiscal considera que es un homicidio imprudente como consecuencia de la acción del sujeto, "tendrá la pena del homicidio imprudente, que es de uno a cuatro años".
Rodríguez ha señalado que la condena de 20 años de prisión, la multa y la responsabilidad civil es un reproche penal "suficiente" para el tipo de hecho que "se está enjuiciando" y que el delito de incendios forestales "está perfectamente regulado" en el Código Penal.