El Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (GENA-Ecologistas en Acción) ha remitido este domingo un escrito a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía en el cual solicita limitar la afluencia de público en las calas del Paraje Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo.
El Ayuntamiento nerjeño está siempre presionando a la Junta de Andalucía para que este paraje sea ordenado convenientemente para la insaciable expansión de los negocios turísticosNo es la primera vez que se pide establecer un límite, denunciando "la insostenible afluencia de visitantes" a este espacio, en su mayor parte en el municipio malagueño de Nerja.
El responsable de GENA-Ecologistas en Acción, Rafael Yus, ha acusado al propio Ayuntamiento nerjeño de estar "siempre presionando a la Junta de Andalucía para que este paraje sea ordenado convenientemente para la insaciable expansión de los negocios turísticos". Sin embargo, "afortunadamente" el Gobierno andaluz "siempre ha respondido que este paraje no se puede ordenar con criterios turísticos".
Este espacio natural ya dispones, según ha explicado, su propio Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN), un documento de obligado cumplimiento según la Ley 2/1989 en la que se aprobó el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía y se establecían medidas de protección, y más recientemente, tras su incorporación en la Red Europea Natura 2000, por el Decreto 6/2015 por el que se declara la Zona de Especial Conservación de la Red Ecológica Europea Natura 2000 Acantilados de Maro-Cerro Gordo (ES6170002), en el que se amplía su ámbito territorial y sus Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN).
Aparte de este marco de protección, hay que recordar que este paraje fue declarado como Zona Especialmente Protegida de Importancia del Mediterráneo (ZEPIM) según el protocolo del convenio de Barcelona de 1998.
Yus ha recalcado que estas figuras de protección no se dieron para potenciar el turismo sino "precisamente para evitar su deterioro, la pérdida de sus valores naturales". Es por ello por lo que el PORN establece numerosas acciones "que están terminantemente prohibidas, muchas de ellas ligadas a diferentes formas de turismo".
A diferencia de otros espacios naturales, como los parques naturales, que admiten cierto nivel de turismo blando y en zonas no sensibles, ha indicado Yus, en un paraje natural el turismo "tiene que ser extremadamente controlado, porque es una actividad que lleva intrínseco el descontrol, la actividad incívica y la tendencia a la masificación".
"UN PARAJE EXTREMADAMENTE FRÁGIL"
El ecologista malagueño ha criticado el convenio de Larios y el Ayuntamiento de Nerja y ha recordado que se eliminó, "seguramente por asesoramiento jurídico, toda alusión a las actuaciones deseadas" por el Consistorio en el paraje natural.
También ha criticado que desde el equipo de gobierno se "aliente el uso turístico de las calas de los acantilados y la práctica de snorkel para ver la fauna y flora submarina". Sobre ésta, Rafael Yus ha recordado que es una actividad "que no puede ser libre, sino controlada y reservada a submarinistas bien aleccionados para no dañar los ecosistemas".
Desde GENA han estimado que si se tienen en cuenta los coches aparcados el 3 de agosto de 2019, gracias a ortofotografías de Google Earth, había 694 coches (244 en las Alberquillas, 293 en El Cañuelo y 157 en Cantarriján): "Si se estima un promedio de tres ocupantes por vehículo son más de 3.000 los bañistas".
"El impacto de toda esta afluencia de 3.000 personas cada día, durante los 90 días estivales, es terrible, máxime con comportamientos incívicos, como arrojar basura, excrementos, orina, pisoteo, griterío, todo lo que conlleva la afluencia turística en zonas muy frágiles, no acondicionadas para esta actividad", ha expuesto.
A esto se añade, ha sostenido Yus, la afluencia de embarcaciones dentro de los 200 metros protegidos del litoral, la pesca submarina furtiva o la presencia de motos acuáticas: "Todo ello sin ningún agente de Medio Ambiente que vigile aquello".
Los acantilados de Maro-Cerro Gordo forman un paraje natural "extremadamente frágil, que necesita la máxima protección". Por tanto, ha reclamado que se "reconsidere la masificación actualmente existente, tanto por tierra como por mar, además de un mayor control por parte de la Junta de Andalucía, titular de este espacio protegido".